A propósito de…XXXI

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Abderraman II

LA CORA DE TUDMIR

Laura F.
 

Se llamó así a cada una de las demarcaciones en las que Abderramán II distribuyó el territorio y siendo una de ellas la de Aurariola, y lo que más tarde se llamaría Reino de Tudmir. Allá por el siglo VIII, y mientras que los vikingos se debe una vuelta por sur de la península a ver lo que rapiñaban. Historiadores oriolanos y otros ya han escrito mucho y bien sobre la historia de nuestra tierra y no voy a descubrir nada nuevo. Pero sí puedo hacer un abreve reflexión sobre lo que fuimos y somos. Entre moros y cristianos hemos tenido gobernantes muy atinados. Pocos. Pero lo ha habido. Mientras que los cristianos se mataban entre ellos para ver quien mandaba, los musulmanes se quedaron con el territorio, con el beneplácito de los cristianos sencillo, pues estaban hasta la coronilla de sus mandamases, su vidorra y sus enfrentamientos, mientras ellos malvivían.

Así las cosas pasó el tiempo y después de unos cuantos emires nos gobernó Abderramán II, muy intelectual él, ya que llegó a tener una enorme biblioteca con lo mejorcito de la época, y muy trabajador, pues se dedicó a tareas administrativas. De ahí la CORA de Tudmir, que ocupaba la provincia de Murcia, Alicante y parte de Albacete. Pero mucho antes de esta partición, cuando llegaron los musulmanes a nuestra península, esto era un desastre y por eso les costó tan poco quedarse y mandar en esta “Tierra de vándalos” o Al-Ándalus. Este territorio estaba en manos de Teodomiro, prohombre del partido del rey visigodo Witiza y que era bastante competente en su labor, viviendo muy tranquilo. Al principio, y por no estar en la rutas importantes, no nos hicieron mucho caso los moros, pero después, para completar la conquista, Musa manda a uno de sus hijos Abd al-`Aziz ibn Musa caminito de norte hasta llegar aquí. Cuentan las crónicas que los sablazos que nos llevamos fueron descomunales, teniendo que refugiarse, Teodomiro y compañeros, en el castillo de Orihuela. Leyenda aparte, Teodomiro supo ser ingenioso y sacar partido de la situación pues su fama de caballero visigodo le precedía. Con lo que firmaron un tratado ventajoso, por el cual la Aurariola visigoda, paso a ser la Tudmir musulmana. Un tratado único en su género. Dicen los historiadores, que Abd al-Aziz no planteó ningún problema, de tal manera que dicen de él que era hombre “de bien y de talento”.

¡Y digo yo! ¿No va siendo hora de una renovación en la Fiesta.? Como espectadora ya llevo algún tiempo (bastante) en el que año tras año vemos los mismo. Igual que en su momento, las Embajadas se renovaron, es hora que los haga la fiesta, en general. Como miembro de una comparsa, junto con otras, que inició los “Moros y Cristianos” aprecio como ha ido desmereciéndose con los años. Recuerdo las retretas, que eran divertidas, cada comparsa con una indumentaria características, haciendo partícipe a los ciudadanos, haciendo la llamada a la celebración. Ahora es un carnaval, a veces, de muy mal gusto, con gente pasada de copas y chabacana. Hecho de menos en la fiesta el que no esté presente los personajes históricos, con leyenda o sin ella. La Armengola, protagonista del mito, ya tiene su puesto, aunque habría que promocionar su papel, siendo paulatinamente más activo. ¿Pero qué pasa con Teodomiro y Abd al-Àziz? No se les ve. Así que como ciudadana y una de los herederos de la historia de Orihuela suplico, pido, sugiero, observo y aconsejo, que si quieren que la fiesta no caiga (y con la crisis indefinida, más) recupere el estilo, la elegancia y el abolengo que le corresponde. Por favor, reflexionen. Porque si no, quedará como una juera cualquiera y no se tata de eso. Si esperamos reivindicar nuestras raíces históricas, herencia para nuestros hijos y, de paso promocionar la ciudad y atraer turismo, hace falta un cambio serio. Pues si no, se muere. ¡Castillos más grandes han caído!

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