El «infierno» de las basuras en La Murada llega a su fin

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La finalización de las obras de sellado del antiguo vertedero de Proambiente da paso a la plantación de arbustos autóctono para regenerar la zona

El “infierno” de las basuras en La Murada llega a su fin. El Secretario Autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, ha visitado este jueves las obras de sellado que se han llevado a cabo, en una primera fase, en las instalaciones del antiguo vertedero Proambiente.

La primera fase de los trabajos de restauración ha concluido tras nueve meses de trabajo y cerca de un millón de euros de inversión por parte de la Generalitat Valenciana. Hoy se ha llevado a cabo la plantación de arbustos y especies autóctonas en la zona como símbolo de la regeneración que está sufriendo el entorno. “De alguna manera viene a escenificar el paso del infierno a la normalidad”, ha dicho el secretario autonómico, quien ha asegurado que el lugar “es un ejemplo de lo que nunca se tenía que haber hecho”.

El proyecto ha supuesto una inversión de un millón de euros que ha servido para sellar 21.000 metros cuadrados en lo que era el vaso 1 del vertedero además de realizar catas en zonas de enterramientos ilegales “para ir viendo exactamente lo que hay porque estamos hablando  de un volumen de residuos irregularmente enterrados bestial”, ha señalado.

“Hoy venimos a pasar página de una manera determinada y clara aunque queda trabajo por hacer”, ha explicado Álvaro, quien ha anunciado que tras el sellado de 21.000 metros cuadrados solo resta abordar el de los vasos A y B, que se encuentran en la parte superior, con una inversión de 30.000 euros.

Julià Álvaro ha estado acompañado por el presidente del Consorcio de Residuos Vega Baja, Manuel Pineda, el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, y el vicepresidente del Consorcio y regidor de Dolores, Joaquín Hernández.

De esta forma se pone cierre a un capítulo negro de la Vega Baja después de que la justicia obligara al cierre de Proambiente tras demostrarse el enterramiento ilegal de toneladas de basuras y más de una década de movilizaciones de colectivos vecinales y ecologistas.

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