¿Por qué no da vergüenza lo vergonzoso?

Publicidad

Laura F. / A propósito de…

Porque si no, no hay explicación para lo que está ocurriendo en este país. Mi padre me enseñó, y  a su vez sus padres, que en esta vida lo único que te queda es la dignidad, después de haberlo perdido todo. Es más. Se prefería perderlo todo pero jamás la dignidad. Porque la dignidad equivale a la grandeza que posee  del ser humano. Una persona posee dignidad cuando actúa con respeto y responsabilidad  hacia los demás y para sí mismo, de tal manera que no permite que le humillen ni osa humillar a los demás. Por tanto le supone tal vergüenza que le acusen de algo indigno que, se ha dado el caso, de quitarse la vida. Yo no pido tanto, pero sí que los que no la poseen desaparezcan rápidamente del panorama nacional y mundial, sobre todo en los cargos políticos. Tengo la esperanza. No sé cuándo ocurrirá,  espero que no tarde mucho y que estos ojitos que Dios me dio, lo vean.

Estamos viendo y oyendo cómo los centro de poder patrio y extranjero son cloacas, y sin pudor, todos sus protagonistas siguen negando la mayor con una cara que ni el hormigón de Valle de los Caídos. ¿Cómo  puede haber tanta bajeza, tanta vileza en los comportamientos de estos personajillos sin que les tiemble la voz? Recuerdo mi infancia y lo que ocurría con los que no tenían  “educación académica”, pero sí de la otra, con un sentido básico de lo que era el honor. Si alguien era acusado de algo negativo, pasaban dos cosas: o lo resolvía enfrentándose a su acusador con pruebas, pero con una ira inusitada ante tal afrenta que…; o , si era cierto, emigraba bien lejos o se encerraba en su casa y no le veías el pelo ni por casualidad. ¡Igualito que ahora! ¡Vaya panda! Han conseguido que buena parte de la población no confíe en ellos. Empezando por el PP, que está en el gobierno, y terminando con el PSOE, que está detrás. No los tengo por muy inteligentes, que sí listos, pero de aquella manera ya que el plumero se les ve a kilómetros, pero aún así se les presupone un mínimo de eso: dignidad. Y es que hemos llegado a un  punto de individualismo, egoísmo, ambición, codicia y voracidad  que resulta increíble. Es como un mal sueño. Pero…¡Ka! Estos son  de plástico, que ni sienten ni padecen si no es por sus personas y bolsillos.

Dicen los entendidos, yo opino igual, que es por la falta de empatía. Porque estos individuos, llamados políticos,  viven su existencia desde su “yo”. Todo es para mí y por mí. Es tal el egocentrismo que ni ven, ni le interesan los demás. Eso sí, lobos con piel de corderos, rapiñeros que se quedan hasta con la última gota de sangre del semejante, ¡Vamos¡ Vampiros que se han especializado en “política”. Eso de que la mujer del César no es que deba ser  honesta, sino que también debe parecerlo… ¿Qué es? Porque los demás, para ellos, somos inferiores, y no miden con la misma medida sus actos que los de los contribuyentes. ¡Ellos son superiores! ¿En virtud de qué? No lo sabemos. Sus derechos están por encima del ciudadano (dicho con desprecio) y ni siquiera se plantean que puedan equivocarse. Y, por supuesto, la afectividad no está entre sus  sentimientos. Lo disimulan diciendo: “Trabajamos para vosotros (plebe). Es por vuestro bien (en plan soberbio)”. En realidad están protegiendo “sus “derechos y conculcando los de los demás. Y si ponen empeño… la culpa de lo que pasa es del ciudadano, aún encima. Dicen los entendidos… que estos anti-empáticos actúan así por dos motivos: Por complejo de superioridad o… de INFERIORIDAD. Me lo creo. Porque abunda lo mediocre y eso debe jorobarles cuando se miran, de vez en cuando en el espejo. Ahí están: barones socialistas, peperos del charrán (pájaro, y vaya pájaros), ciudadanos de ciudadanos y demás especies,  los que quieren poder y no pueden,.. ¡Y pensar que abundan de forma alarmante! Porque si no, no se explica que sigan en el poder y sus alrededores, sin que caiga sobre ellos el peso de la honestidad y la dignidad. Dice un antiguo refrán: “El que anda con un cojo, al tiempo si no cojea, por lo menos renquea”. Pos eso. Sin vergüenza, dignidad, pudor, honra ni honor

Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*