Sobre el Centro de Salud del Rabaloche

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Manuel Culiañez
Ex concejal de Los Verdes en el Ayuntamiento de Orihuela

Escribo estas líneas como usuario del Centro de Salud del Rabaloche indignado porque en estos días he contemplado como la derecha oriolana ha vuelto a traicionar a Orihuela. Ya que algunos/as no tienen otra dedicación profesional en esta vida que sostenerse a costa del erario público, han intentado dar un triple salto mortal para salvar su culo político y poder ir en las listas del PP que pierdan las próximas elecciones autonómicas y municipales. Si para ello hay que utilizar la cuestión del Centro de Salud del Rabaloche, no importa: se olvida lo sucedido en los últimos años, se deja la dignidad de la ciudad por el suelo y, a otra cosa, mariposa.

El Centro de Salud del Rabaloche no es una concesión graciosa de la Consellería, ni de Fabra, ni del PP. Es un derecho que se nos ha hurtado, al tiempo que se han priorizado otros en poblaciones donde el número de personas adscritas era menor ya que, según los profesionales, el Centro de Salud del Rabaloche da servicio a casi 35.000 oriolanos. Por mucho que al PP le ponga volver a la época caciquil, es obligación de la administración valenciana dar los servicios necesarios a todos desde Vinaroz hasta Orihuela, algo que no sucede desde 2004, momento a partir del cual los usuarios hemos pasado por una colchonería inadecuada para atender a los enfermos o estos barracones, curiosamente inaugurados antes de publicarse su adjudicación en el DOGV (como ya denuncié durante mi etapa en el Ayuntamiento).

La pretensión actual de que se financie a través de una obra no realizada del Plan Confianza supone arrebatar a Orihuela tres millones de euros que son suyos, asumir una inversión que debería de haber costeado la Generalitat por medio de sus Presupuestos Generales durante varios años y, ya puestos, doblar el espinazo ante Fabra y decirle que aquí estamos para lo que guste mandar. Olvidan contar a los ciudadanos que Orihuela ya mantiene de su erario las instalaciones sanitarias en las partidas rurales, porque Consellería dice que no son competencia suya con lo que ahora, como buenos servidores y vasallos, rizamos el rizo y le ahorramos una pasta a Fabra. ¿Por qué el PP votó que no a las enmiendas que, por ejemplo, presentamos desde Los Verdes a través de EU a los Presupuestos de la Generalitat de 2010 y que pedían aumentar lo destinado en ese año al Centro de Salud? ¿Dónde estaba la alcaldesa de entonces y qué pintaba cuando se fue a Valencia con su Concejal de Sanidad y le dijeron que no había un euro para este Centro de Salud? Es el mismo partido que ahora ha propuesto que se anule una inversión que nada tenía que ver con esto para construir el Centro de Salud. ¿Por qué no lo presupuestó ella cuando gestionó el Plan Confianza?… Porque no podía, las bases de ese Plan no lo permitían… y ahora la Consellería da el visto bueno para ahorrarse el dinero.

Con esta actitud de mirar hacia otro lado para que luego Valencia recompense a algunos con un sitio en la lista pierden, incluso, la parte de razón que pudieran tener: uno puede creer que hay cosas más urgentes que construir unas dependencias municipales (tal y como dejó el PP Orihuela, es cierto), aunque éstas ahorren alrededor de 200.000 euros anuales al Ayuntamiento (que ante la deuda heredada del PP, valen su peso en oro). Pero, en lugar de buscar propuestas, han ido a conjugar el populismo más vulgar con la reverencia a sus jefes y, de paso, pavonearse de que ellos, al fin y al cabo, mandan en el Ayuntamiento.

 

Del Pleno del pasado viernes debería haber surgido un compromiso firme de todos los Concejales del Ayuntamiento de Orihuela para defender lo que es nuestro, lo que hemos pagado con nuestros impuestos y hoy nos niegan, una exigencia que hiciera ver al PP valenciano que Orihuela está por encima de cualquier interés. Pero no ha sido así porque ellos han antepuesto su provecho al de Orihuela. No nos extrañemos si mañana somos el último mono en inversiones desde Valencia, si a nadie le interesa la depuradora de Orihuela Casco o la basura enterrada en La Murada. El mensaje de la derecha oriolana a sus compañeros de partido es claro: haced lo que os dé la gana que nos conformamos con las migajas. Ésa es la idea que tiene el PP de Orihuela.

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