Temporal

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Mateo Marco Amorós / Uno de aquellos…

Fotografía: Joaquín Marín

Veintitrés de marzo pasado. Segundo día de las I Jornadas sobre Agua y Meteorología organizadas por Hidraqua y por la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Orihuela. Ocupó el temporal de diciembre de 2016. Si el día anterior se cerró con una interesante ponencia sobre «Los problemas del agua. Retos del futuro», impartida por Francisco Cabezas, la segunda jornada se inició, tras la presentación, con una primera mesa redonda sobre clima y meteorología. No menos ilustrativa. En ella participaron el profesor José Antonio García Orza, el meteorólogo Pedro Gómez y el arquitecto Antonio Campos. Brillantes los tres.

Si el día anterior Francisco Cabezas nos alertó sobre la escasez de agua como problema no coyuntural sino de fondo, los participantes en la mesa sobre clima y meteorología nos aleccionaron sobre los extremos del agua intensamente precipitada. Sobre todo Pedro Gómez al respecto de los días de diluvio en diciembre. Por su parte, García Orza ofreció reflexiones críticas en torno al cambio climático. Personalmente esta intervención nos pareció oportuna al aportar datos de interés que permiten deliberar contra tópicos sobre la cuestión. Algunos argumentos sobre el cambio climático, sin el contraste científico oportuno, suenan a estribillo de reguetón. La intervención de Antonio Campos nos ilustró bien sobre el anuario meteorológico que vienen elaborando hace años para la Vega Baja.

La segunda mesa fue muy técnica. José Carlos González, Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura y Rosa de los Ríos, Jefa del Servicio Provincial de Costas en Alicante, trataron sobre los dominios públicos hidráulico y marítimo terrestre. La tercera mesa trató –o pretendía tratar– sobre la gestión de la emergencia en el temporal de diciembre. Viendo el programa, desde alguna experiencia que tenemos en congresos, intuíamos principio sin fin. ¡Lástima la falta de tiempo!

Cerrando el acto estuvo la senadora Asunción Sánchez Zaplana que tuvo un hermoso detalle al reclamar la participación de algunos invitados que por esa falta de tiempo no habían podido intervenir. Al cabo –lo dijo la senadora– eran ellos los protagonistas. Un detalle tan justo como inteligente. Sumando lucidez y restando lo que sobraba, protocolo.

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