Vaciando el aire de las caracolas… XCVIII

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Insistiendo

 Insistiendo

Mateo Marco Amorós
 

«Insistiendo» titula Nik otro artículo publicado en junio de 1927 en «El Pueblo» de Orihuela para continuar con su campaña para la repoblación de la Sierra de la Muela –véase «El Pueblo», 15.06.1927–. Lo primero, agradece al farmacéutico Ginés Marcos el apoyo manifiesto en el escrito publicado en el mismo semanario. Jugando con el apellido de Ginés le agradece las loas y confirma el objetivo de esta repoblación: «ponerle a Orihuela un marco no menos exuberante de arbolado, que con sus frondas hiciera juego a la alfombra aterciopelada de la huerta».

Esto de la huerta como «alfombra» se lo habíamos leído a «Un Oriolano» en el número anterior de «El Pueblo» cuando describía una panorámica desde la explanada del Seminario para el concurso-encuesta que el periódico había convocado sobre la vista más bonita de Orihuela. También posteriormente, R.G. –Ramiro Galante– en otro artículo para lo mismo y titulado «La de mi brindis», habla del «verdor de terciopelo» en Orihuela. Pero parecen ser metáforas manidas de aquellos tiempos de Juegos Florales.

Volviendo al artículo de Nik se pregunta si es posible la repoblación forestal de los montes aledaños a Orihuela y, considerando esto cuestión técnica, adelanta que en el mismo semanario escribirá sobre ello una pluma autorizada. Se trata de José Hernansáez. En la sección «Noticias» del mismo número se informa de la visita a Orihuela, el domingo anterior, de José Hernansáez, «ilustrado Catedrático de Agricultura de Cartagena y propagandista Social Agrario», con el objeto de organizar unas conferencias de técnica agrícola. También, en un artículo publicado en el mismo ejemplar, Ginés Marcos se hace eco de este personaje. Pero mientras se espera la docta sabiduría del catedrático, Nik defiende su propuesta aludiendo a dos «pinaditas» existentes en Hurchillo donde han brotado árboles en terreno hostil, pinos luchadores que le traen a la memoria el poema del mallorquín Miquel Costa i Llobera titulado «El Pino de Formentor». Poema que en su versión castellana de 1899 comienza así: «Hay en mi tierra un árbol que el corazón venera / de cedro es su ramaje, de césped su verdor; / anida entre sus hojas perenne primavera, / y arrastra los turbiones que azotan la ribera, / añoso luchador.»

Ante el coste económico de la repoblación, consciente de la existencia de otros proyectos y obras realizándose en el municipio, confía Nik en que poco a poco y contando con la ayuda que el Estado ofrece para esto, la reforestación podría ser.

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