Vaciando el aire de las caracolas… XLVI

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Desprats

Desprats

Mateo Marco Amorós
 

«Es honrado y sabio y como él con dificultad encontraría otro hombre entre muchos miles el sabio Apolo. Le es propia tan gran prudencia que ante él podrían quedar atrás los dos Catones. Es benévolo, agradable, afable, accesible a todos y serio con una habilidad admirable. A estos dones une todas las virtudes del alma, que suelen hacerlo justo y pío. […] Él es, hija, mi muy respetado Guillermo. Él, la primera gloria del solar oriolano; él la guía del rebaño de Valencia; él, mi protector, mi ancla sagrada, mi honra y mi refugio. Quien me ayuda con su consejo y actuación, quien, aun pudiendo ser mi señor, quiere siempre ser mi amigo. Quien es mi mecenas probado en todas las situaciones, a quien se lo debo todo y a quien no pago nada.»

El panegírico anterior, elogio agradecido, se debe al sacerdote oriolano Cosme Damián Savall. ¡Ojo!, sacerdote que cuando ha dicho «hija» se refiere a su obra, en este caso al discurso que como catedrático de Oratoria pronunció en 1531 en la apertura del curso de la Universidad de Valencia, discurso apadrinado para su publicación por el mecenas ensalzado: el también sacerdote –y también oriolano– Guillem/Guillermo Desprats.

Como suele suceder en la tarea de investigar, una cereza que sacamos del cesto se enlaza con otra u otras cerezas que nos conducen hacia nuevas curiosidades que saciándose serán más saber. Esto nos ha sucedido cuando hemos leído el «Discurso Exhortativo sobre la consecución del mejor estado de la República Literaria». Libro que como ya dijimos cuando su presentación ha sido editado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento oriolano en la colección «Memoria Literaria de Orihuela». Libro introducido con muchas sabidurías por Helena Rausell Guillot, erudita en humanismo renacentista, en una edición muy cuidada en detalles gráficos y formales como acostumbra el profesor José Antonio Torregrosa. En el libro, descubriendo al sabio Savall también hemos conocido a su mecenas, el ilustre oriolano Guillermo/Guillem Desprats que fue abad de San Marcelo en León, canónigo de la catedral de Valencia, vicario general e inquisidor ordinario en el arzobispado de la capital del Turia.

De Desprats, Helena Rausell añade que «era un hombre poderoso, tanto por la preeminencia de su familia como por los cargos que desempeñaba en Valencia en aquellos momentos.» Guillem/Guillermo Desprats, un eminente oriolano. Otro. Bernardo Pérez, principal traductor de Erasmo al castellano en el XVI, también lo reconoció.

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