La joven tenista bigastrense se prepara para disputar el Masters de China entre las ocho mejores del mundo júnior, mientras combina trabajo, ilusión y una mentalidad ganadora
Con apenas 17 años, Charo Esquiva ya se ha convertido en una de las grandes promesas del tenis español. Natural de la Vega Baja, la jugadora recuerda que su historia con la raqueta empezó muy temprano, casi por casualidad, acompañando a su padre a jugar al pádel.
“Empecé muy pequeñita, desde los cuatro años, porque mi padre jugaba al pádel y a mí me encantaba irme con él a darle a la raqueta, a la pared y todo eso. Mis padres decidieron apuntarme a tenis, y desde ahí no he parado”, rememora.
Aunque siempre tuvo claro que el tenis era su pasión, Esquiva reconoce que el momento decisivo llegó en la adolescencia. “Me di cuenta de que quería dedicarme de verdad sobre los trece o catorce años”, confiesa. Desde entonces, su crecimiento ha sido constante y meteórico.
Con cuatro años de experiencia en el circuito internacional, Charo se define como “una jugadora muy sólida, luchadora y con mucha capacidad de esfuerzo”. Afirma que le gusta correr y pelear cada punto, aunque sigue perfeccionando su juego ofensivo: “Quizás me falta atacar un poco más, pero estoy trabajando en ello y pronto llegaré más arriba”.
En cuanto a superficies, no tiene una favorita, aunque admite que se siente especialmente cómoda en pista rápida. “Me gustan todas, pero creo que la que mejor se me da es la pista rápida”, explica. No es casualidad que su torneo preferido sea el US Open, donde ha vivido algunos de sus mejores momentos: “El ambiente allí es increíble, la energía del público, las pistas… siempre me ha encantado”.
Su próxima gran cita será el Masters de China, un prestigioso torneo que reúne a las ocho mejores jugadoras del mundo júnior. “Es una experiencia muy bonita. Estoy muy motivada para dar el 100% e ir a por todo”, afirma con ilusión. Actualmente ocupa el puesto número 10 del ranking, y su participación llega tras la baja de dos rivales que ya han dado el salto al profesionalismo.
Charo se siente especialmente arropada por su entorno y por su comarca: “Mi madre me dice que mucha gente me sigue y me apoya desde la Vega Baja. Eso me da un punto extra de fuerza para seguir adelante”, asegura.
Y no olvida enviar un mensaje a los más jóvenes que sueñan con dedicarse al deporte: “Que disfruten del camino. Hacer deporte es muy saludable, despeja la mente y te enseña muchísimo. Lo importante es disfrutar”.
Con su determinación, talento y humildad, Charo Esquiva confirma que el futuro del tenis español tiene nombre propio.


