Por Mateo Marco Amorós
A don Luis Ángel Suberviola González, SDB. In memoriam.
No es la primera vez que escribiendo a mano, peleando contra mi indecisa caligrafía, sin conseguir la uniformidad y belleza que exige esa disciplina, porque si recta ahora y redonda, porque si menos uniforme después e inclinada hacia la derecha –dextrógira que dicen los grafólogos– me acuerdo de don Luis Ángel Suberviola, Salesiano de Don Bosco, director del colegio y maestro de Lengua en mis años de EGB, en Villena.
Entonces… Don Luis, «el Suber», pasillo abajo, pasillo arriba, como la monja María de la canción de Cecilia en la iglesia, pero él en el aula, supervisando nuestra tarea. Yo en el pupitre y… Don Luis, deteniéndose a mi lado, aleccionándome contra mis titubeos, dándome la seguridad que yo no tenía. No es la primera vez, no, que escribiendo a mano me acuerdo de don Luis.
Otras ocasiones en las que evoco su figura es cuando a amigos forofos del Athletic de Bilbao les refiero la indumentaria que costeó el colegio para nuestro equipo de futbito siendo director don Luis, seguidor acérrimo del Bilbao. En aquellos años tuvimos la suerte de disfrutar como profesor de Educación Física –Gimnasia que decíamos entonces– de las bondades de don José Díez Guilabert, ilicitano que había fichado como guardameta por el C.D. Villena y que trabajó ilusionadamente en el colegio, ganándose por todo y con razón el afecto de muchos villenenses. Un Díez Guilabert que nos entrenaba y que aún tenía por labrarse un meritorio currículum deportivo muy merecido como deportista y persona. Entonces, cuando la equipación… Sí o sí la del Athletic. Por decisión de don Luis.
Dos recuerdos, caligrafía e indumentaria deportiva, relacionados con este hombre de Dios que se han catapultado este verano. Porque don Luis Ángel Suberviola falleció en Campello el veintidós de julio. Allí lo despedimos y… Siento injusta mi memoria seleccionando sólo dos remembranzas personales, anecdóticas, porque don Luis fue, sobre todo, un buen salesiano y un buen sacerdote. Y eso es mucho bien para todos. Así, que nunca se me olvide que si en mi pelea con la caligrafía, también y mucho en la de la vida.


