En el oleaje de la luz y la sombra: La regulación de la infamia

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Imagen de Joaquín Marín

Por Mateo Marco Amorós

En el número de abril pasado de LA AVENTURA DE LA HISTORIA, Pedro Ángel Fernández Vega, historiador en la UNED-Santander, publicó un interesante artículo sobre el control y castigo de las conductas en la antigua sociedad romana. Titulado «La regulación de la infamia» informa sobre el papel de los censores romanos, magistratura encargada, amén de diversos menesteres administrativos, de vigilar las costumbres y censurar aquellos comportamientos considerados infames por contrarios a la ética imperante.

Entre las conductas reprobadas, consideradas corruptas y escandalosas: el abuso de poder, el fraude electoral, la apropiación indebida, el intento de soborno a jueces, el derroche, el sexo descontrolado, la disipación por intemperancia o gula, el perjurio, el falso testimonio, la paternidad ejercida con excesivo rigor, la impiedad en el ámbito religioso, el no presentarse a filas cuando las levas de emergencia, la cobardía desertando en el campo de batalla… Dentro de lo que se consideraba sexo descontrolado cabía el adulterio y el estupro con vírgenes, menores o viudas. Y si la conducta de las prostitutas era reprobada, más la de los proxenetas, labor oficiada por algunos taberneros, mesoneros o propietarios de baños.

El artículo de Fernández Vega, autor de Historia de Roma. Orígenes –primer volumen de una tetralogía sobre Roma desde su fundación hasta su decadencia– recordando la labor de los censores regulando la infamia en el pasado, se me ofrece como un espejo donde por desgracia observo reflejadas similares conductas no honorables del presente. Nihil novum sub sole. Nada nuevo bajo el sol.

Es la humanidad detenida y entretenida en su humanidad por los siglos de los siglos. En Roma y en los caminos que desde norte, sur, este y oeste llevan a Roma. A Roma o al fin del mundo. A cualquier lugar. Porque por los siglos de los siglos, en el presente, también abusos de poder y sexuales, fraudes electorales, robos, sobornos, derroches, mentiras, cobardías, violencias… Sombras. Malas sombras. Pero vivimos y sobrevivimos contra las sombras intentando sembrar la luz. Entonces… Entonces la convivencia, la honradez, la solidaridad, el amor, la esperanza, la paz, la bondad… Contra toda infamia. Contra toda infamia.