Por Mateo Marco Amorós
El domingo dieciocho de mayo, en el Paseo del Plátano de Biar, tuve el honor de participar en la Feria del Arte (Música en vivo, libros, talleres de manualidades, pintura y haikus…). El evento, organizado por Mayte Salguero con la colaboración del ayuntamiento local, resultó muy agradable. De entrada, para todo villenero que se precie, decir Biar es decir delicia, buena gente, hermosísima población, naturaleza y… preciosas fiestas de Moros y Cristianos. Si a lo anterior añado que la cosa musical estuvo en manos de Ramón Martínez y Alfonso Clément y que la feria procuró el encontrarme con escritores paisanos –Rosa Celiberti, Mari Virtu Pardo, Fernando Gil y Pepa M. Aguilera– miel sobre hojuelas.
La casualidad hizo que compartiera mesa con Pepa y Fernando. Todo un lujo –la cabra tira al monte– para quien aprecia la novela histórica. Pepa es autora de dos obras, La hermosa judía y Galena, contextualizadas en la Edad Media. Fernando, autor de La decisión de Marcus y Marcus o Roma, nos transporta al Imperio Romano. Esto hasta la fecha, pues por lo que me fueron comentando a lo largo de la mañana siguen alimentando su pasión escritora a fin de ofrecernos nuevas historias. Aquí lo importante.
He escrito a conciencia «alimentando» porque la jornada se nos fue departiendo sobre la responsabilidad de documentarse bien y mucho para tejer un relato histórico fiel, servidumbre tan fundamental para la novela histórica como peligrosa. Fundamental porque la novela histórica ha de enseñarnos Historia, tratando con rigor los contextos. De hecho conozco a mucha gente que sus conocimientos históricos se los debe antes que a libros de Historia a novelas históricas, peligrosa porque hay que evitar que esa documentación imprescindible infecte el relato de erudición enciclopédica –hoy güikipédica– de corta y pega. Documentación fidedigna históricamente sin renunciar a la imaginación que se quiera poner. Como permite y pide la literatura creativa para deleitarnos.
Pepa y Fernando me descubrieron en Biar su compromiso y tesón que aplaudo y agradezco. Lo agradezco por saberlos conscientes de la responsabilidad de recrear la Historia. Que nunca se cansen de escribir para nuestro gozo lector.


