Por Mateo Marco Amorós
Principios de agosto pasado en Tarragona, visitando las salas de exposición de la Casa Canals, donde el contraste entre el edificio histórico y los espacios dedicados al arte contemporáneo, ya aturdido por las propuestas artísticas de vanguardia, divisa y seña, razón y ser del Mèdol, a la sazón Centre dꞌArts Contemporànies, entré en una sala, la tercera sala, encontrándome arrumbados diversos objetos ya para mudanza, ya para desecho, o acaso como materiales de desmonte de exposición o esperando una futura exposición, pensé. Es por lo que sospeché que sin querer me había colado en una zona no visitable. Así que, igual que entré, salí. Torpe decisión.
Torpe decisión porque después, leyendo la revista Artiga (nº 44, juliol 2025), descubrí que aquello estaba así e iba estar allí desde principios de junio hasta finales de agosto. Y estaba e iba a estar como estaba. Por lo que comprendí que lo que supuse cosas arrumbadas era una obra de arte meditada, obra de Ester Ferrando titulada Inventar_iar. La vida que no passa. Una propuesta artística que en palabras que traduzco del crítico Màrius Domingo «invita a una reflexión –con una ironía sutil o, si queréis, un punto de mala leche– absolutamente necesaria para hacernos pensar en qué hay detrás de una exposición que, en algunos momentos, podría parecer excesivamente complaciente».
Al parecer, uno de los objetivos de Ester Ferrando es, al tiempo que estimular la memoria, descubrir la farsa de lo que creemos recordar y… Es cierto que en el breve instante que estuve en aquella sala, al primer vistazo, sí sentí cierta nostalgia. En el santiamén que estuve, ciertos objetos me trajeron imágenes de la casa de mis abuelos, principalmente de la cambra; y de los quehaceres de mis padres, en concreto de los ocios de mi padre y las labores de mi madre. En contraste ocios y labores.
Tras la experiencia, considero mi pereza e ignorancia. Reconociendo que el Centro de Artes Contemporáneas de Tarragona, como blasona en su presentación, apuesta por «situarnos en las corrientes de vanguardia, cultivar el talento creativo en proximidad y apostar por la hibridación de géneros, disciplinas y contenidos».



