Estas esquelas, diseñadas en violeta, pretenden hacer visibles muertes que no fueron por enfermedad ni accidente, sino por violencia de género
La Asociación de Mujeres Clara Campoamor de Orihuela ha puesto en marcha una nueva forma de visibilizar los asesinatos machistas: la colocación de esquelas en la vía pública. La iniciativa arrancó con la esquela de Eva Yasmin, una niña de 13 años asesinada por su padre en Bilbao, en un claro caso de violencia vicaria, que busca dañar a la mujer a través del sufrimiento hacia sus hijos e hijas.
Desde 2013, más de 40 menores han sido asesinados en España por sus padres biológicos o parejas de sus madres. Ante esta realidad, la asociación busca provocar una reflexión colectiva con un formato que, tradicionalmente, anuncia pérdidas y despierta emociones. Estas esquelas, diseñadas en violeta, pretenden hacer visibles muertes que no fueron por enfermedad ni accidente, sino por violencia de género.
“El objetivo es recordar sus nombres y sus historias, aunque no sean de Orihuela. No están lejos, no son diferentes de nosotras”, señalan desde la asociación. Además, desde la asociación también critican que a las víctimas de violencia machista se les arrebata incluso el derecho a despedirse: “Alguien decide por ellas, alguien que no las amaba”.
La elección del formato de esquela no es casual. En palabras de las organizadoras, «queremos que quien la lea sienta el mismo impacto que al ver una esquela tradicional: tristeza, cercanía, pérdida. Porque estas muertes también nos afectan como sociedad, y no podemos mirar hacia otro lado».


