La cuarta herida: la del olvido

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Carmen Gutierrez
Concejal del PSOE en Orihuela

Empieza Octubre en Orihuela, un mes que en los pasados cuatro años ha llevado el apellido de nuestro vecino mas ilustre: Octubre hernandiano. El 30 de octubre conmemoramos el nacimiento de Miguel y desde la Concejalía de cultura, el pasado año, se programaron conciertos, recitales poéticos, exposiciones, presentaciones de libros, festival de performance…,  así hasta un total de 20 actos.

Y este año: prácticamente nada. La concejala de cultura anunció la «programación» del octubre hernandiano que se limita a un concierto en el Teatro Circo, que nada tiene que ver con Miguel Hernández y ya estaba programado dentro de la inexistente programación de otoño del teatro, emisión de radioaficcionados y la actividad infantil de vuelo de poemas en la Biblioteca, que ya se vienen realizando año tras año. Eso si, también anunció los actos para conmemorar el V centenario del nacimiento de Santa Teresa No es casualidad, de todos es sabido que ha cambiado el signo político del equipo de gobierno en Orihuela y en cultura eso se nota.

La programación cultural giraba en torno a la figura del poeta, dándole por fin en su ciudad el reconocimiento que merece, porque nunca nos cansaremos de decir que Orihuela le debe mucho a Miguel Hernández. Él se ha convertido en nuestro mejor embajador ya que por lo primero que se nos conoce fuera de nuestras fronteras es por ser la cuna del poeta universal.

En ese marco, uno de los proyectos estrella, programado dentro del marzo hernandiano, fue la recuperación de los murales de San Isidro que pasaron de estar abandonados y en franco deterioro  durante casi cuatro décadas a convertirse en un museo al aire libre y foco de atracción turística de nuestra ciudad. Pero, además, ha servido para la regeneración de un barrio marginado a través de la cultura, de seguro que a Miguel le hubiera gustado mucho el proyecto porque él murió por defender que la cultura ha de ser accesible para todos y que la cultura nos hace libres. El proyecto museístico quedó prácticamente finalizado durante la pasada legislatura, tan solo faltan los carteles explicativos al pie de cada mural y poner en marcha la App descargable para guiar al visitante a través de los murales. Está preparado, no obstante empiezo a dudar de que se finalice, visto el interés de la actual concejala por recordar al poeta, de hecho temo por el futuro del museo. En el cajón se quedará también el proyecto de impulso económico del barrio de San Isidro alrededor del museo, cosas de la política, no obstante lo siento por San Isidro.

El octubre hernandiano empezaba con la celebración de Mercadearte en la calle arriba, donde vivió y está su casa museo. Mercadearte servía para dar a conocer la obra de artistas y artesanos locales a las puertas de la casa del poeta y atraer visitantes a esta zona de la ciudad en el marco de la regeneración a través de la cultura. Este año no se ha celebrado. Lo siento por la Calle Arriba.

Y también lo siento por Miguel, que tengamos que estar de nuevo hablando del olvido de su pueblo, como oriolana me entristece. De todos es sabido el obstraccismo al que se sometió la poesía de Miguel durante la dictadura y especialmente aquí, en Orihuela, injustamente olvidado y silenciado, se quiso añadir a sus tres heridas la cuarta, la que mas debió dolerle, la del olvido.

Con la conmemoración de su centenario en 2010 y en parte forzado por el movimiento social de muchos colectivos que reivindicaban la celebración de este año hernandiano, se empezó a dar un giro en la política cultural de este Ayuntamiento, que tradicionalmente había sido la indiferencia y el olvido, para que las fechas significativas en la vida de Miguel y por extensión su poesía,  pasaran sin pena de gloria en la tierra que le vio nacer.

No fue por casualidad que todo esto cambiara cuando al frente del Ayuntamiento hubo un gobierno progresista, fue Ana Mas, concejala socialista, quien marcó el camino que luego siguieron Antonia Moreno y culminó Rosa Martínez. A ellas debemos agradecer que hayamos podido disfrutar durante cuatro años de un octubre y un marzo hernandianos en los que se programaran multitud de actos alrededor de la figura del poeta y que Orihuela se convirtiera en un foco cultural a nivel nacional.

Es lamentable que todo esto cambie con la vuelta del PP al gobierno municipal, señora Concejala, desde su doble perspectiva de Concejala de educación y de cultura, tiene usted la obligación de dar a conocer la vida y obra del poeta, porque la indiferencia nos lleva al olvido y esta herida, en la tierra que le vio nacer y le dejó morir, no solo le duele a Miguel, nos duele a todos los que admiramos su obra y disfrutamos de su poesía.

Cobran hoy de nuevo protagonismo las palabras de Pablo Neruda: «Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra».

La poesía de Miguel no nos necesita, pervivirá siempre, pero es de justicia la constante reparación de su memoria.

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