A propósito de…XCI

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Estamos haaaaartos

Laura F.
 
 

Menos mal que llegan las vacaciones de Semana Santa, porque si no tendrían que reponer a los maestros/as como las coca-colas en los estantes de un supermercado. Vamos, que me siento de usar y tirar. Y tengo que escuchar, en broma o en serio: ¡Qué bien viven los maestros! Por eso de las vacaciones… La respuesta más corta es: ¡¡Haber sido tú maestro/a!! La respuesta larga es más complicada y no se puede dar si no mediante una conferencia. Porque tendría que empezar por lo que hacer los maestros en la escuela, fuera de ella y seguir en su casa (que no lo cobran).

De entrada, Y NO ES MI CASO, el Director/a TIENE que ser un buen gestor administrativo y económico, por supuesto las cuentas al céntimo. La Secretaria/o, TIENE que te tener un dominio de todo lo anterior y de conocer cualquier documento que le llegue, así como las posibles problemáticas (que se dan, de cualquier tipo); tiene que solucionarlo sí o sí. Un Jefe/a de Estudios, TIENE que coordinar a todos los maestros en todas las actividades que se realicen en el centro y de las incidencias que ocurra con cada niño/a, maestro/a y padres; y una documentación equivalente a un ministerio. CADA maestro/a TIENE que ser: animadores, educadores, actrices, guías turísticas, acompañantes, traductores, ponentes, matemáticos, historiadores, músicos, lingüistas, naturalistas, diseñadores, actores, dibujantes, niñeras, psicoanalistas, consolar almas, repartir afecto, enfermeras y, como no, educadores. Que no nos importa, porque nos gusta nuestra profesión. Es más, estamos orgullosos porque es la madre de todas las profesiones, y el material con el que trabajamos es el mejor: niños. Por ellos, por su futuro, por sus personalidades, trabajamos las horas que haya que trabajar. Lo hacemos porque nos nace, porque lo sentimos (bueno, hay excepciones, como en todas partes).

¡Y NO NOS QUEJAMOS de todo lo que, una sola persona, tiene que hacer con sus alumnos! Y no son dos o tres, para ti sola/o. ¡¡¡Y se puede!!! Por ellos merece la pena todo esfuerzo. Cosa que, a veces, ni los propios padres están dispuestos a hacer. De lo que ME QUEJO YO, es de la cantidad de papeles que hay que rellenar, los datos, porcentajes, justificaciones,… que hay que entregar que nos quita tiempo para lo importante: nuestras clases y sus estrategias, por lo que hay que sacar tiempo de donde sea, es decir, familia y personal.

A todo esto, luchamos contra muros de hormigón, como la administración que mantiene un sistema educativo nefasto, que nadie quiere solucionar aunque digan lo contrario, pues a las pruebas me remito; los padres que no se enteran, porque no quieren; las AMPAS, que no se les ve por ninguna parte; y sobre todo y más sangrante, que forma parte de todo lo anterior y que cada vez va peor, es el horario. Me imagino que como yo estarán los demás maestros, pero yo ya no puedo más. Mi nivel de estrés está más allá del Everest. Me mato por mis alumnos, pero que me vayan poniendo palos en las ruedas… Eso es atentar contra la salud de los educadores. A ver. Todos los que nos dedicamos a la enseñanza SABEMOS que con el tiempo de una hora por asignatura, se quedaba en tres cuartos.

El cambio de clase supone un tiempo que se lleva entre diez y quince minutos. Si AHORA, es de 45 minutos…díganme cuánto queda para hacer tú trabajo: media hora. ¿Y en media hora qué se puede hacer? Muy poco. Así que acabado este trimestre me he ido directamente al médico porque llevo una velocidad que parezco un cohete. Cuando pare, me va a dar un parraque y me pasaré las vacaciones recuperándome. Para volver a un final de curso de traca. ¿Qué hacemos entonces? Camino de la escuela, hemos aparcado los problemas personales, vamos pensando cómo motivar a los alumnos, ayer Fulanica estaba demasiado triste, Menganito me abraza demasiado y algo les pasa, Zultanica no atiende, el otro se dispersa con facilidad,… Llegamos.

Y comienza Le Mans: buenos días, recuento de alumnado, preparación de materiales,… ya ha pasado 15 mn; comienza la explicación, preguntas respuestas, aclaraciones, repeticiones y…cuando vas a afianzar lo que hemos hablado…ring, ring, ring. Te tienes que ir a otra clase en la que la dinámica es la misma. Así, todo el día. Cuando vuelvo a la misma aula, apenas recuerdan, vuelta a explicar, pero al trote, porque si no, no puedes hacer la práctica. Conclusión los que antes hacías en una sesión, ahora te cuesta dos. ¡¡¡Estoy perdiendo tiempo!!! Como un colegio es un lugar vivo, en el que hay seres humanos imprevisibles (los niños) y pasan más cosas…: uno se sienta mal y se cae – chichón – busca a alguien que se quede con la clase – le curas – subes – han perdido el hilo – le das el hilo y… ring, ring, ring. ¡¡¡Otra sesión sin aprovechar!!! ¡¡¡ Pero tengo que enseñar!!!! ¿De dónde saco tiempo? ¡¡¡¡Si toca otra clase!!!! Dios mío, esto no va bien. Así todos vamos en el mismo plan. Los críos dicen: ¡¡¡Maestra, si acabamos de empezaaaaar!!! Si el alumno/a es diligente termina por los pelos, pero como su ritmo sea lento…, ese no termina ni el día del Juicio Final, en el que Dios tendrá que esperar. ¿Es que no hay alguien con dos dedos de frente que `ponga coto a esto? Porque a los maestros ni caso. Eso sería algo. Con nosotros no cuentan para nada. Bueno sí. Para darnos órdenes, pero de lo que entendemos, de eso, a nadie les interesa nuestra opinión profesional. ¡¡¡¡¡¡¡¡PERO A NADIE !!!!!!!!

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