Bruselas y la subida de costes lastran la rentabilidad del sector agrario alicantino en 2025, pese a la recuperación productiva

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El aumento del 7% en los costes de producción frena el crecimiento de la renta agraria que solo sube un 1% respecto a 2024

El sector agrario alicantino cierra 2025 con una ligera recuperación productiva en cultivos como el olivar, la almendra y el cereal, tras varios años marcados por la sequía extrema y la inestabilidad climática. No obstante, el aumento del 7% en los costes de producción que han tenido que asumir los agricultores y ganaderos durante este año —que se sitúan en niveles muy elevados tras haber pasado del 25% al 32%— ha impedido que la Renta Agraria registre un crecimiento mayor, limitándose a un incremento del 1%, al pasar de 504.000.000 de euros a 509.088.943 euros. Esta insignificante evolución resulta especialmente reveladora si se tiene en cuenta que 2024 fue un año muy crítico para el campo alicantino.

De hecho, ASAJA Alicante ha señalado que, de haberse mantenido en 2025 un escenario de costes de producción —marcado por la elevada presión fiscal, los costes de la mano de obra, los insumos y la carga burocrática— similar al del año anterior, la Renta Agraria habría crecido hasta un 10%. Estos datos han sido revelados esta mañana por la asociación durante la Presentación Del Balance Agrario De La Provincia. “Las políticas agrarias europeas, la falta de reciprocidad en los acuerdos comerciales y una burocracia cada vez más asfixiante penalizan seriamente a nuestras explotaciones agrarias” ha afirmado el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu.

En líneas generales, el ejercicio “ha sido un año de buenas cosechas, marcado por la mejor respuesta de los cultivos de secano gracias a una pluviometría más regular que años anteriores y una recuperación de márgenes en productos estratégicos”. ASAJA subraya también que el 2025 se ha retraído el consumo de fruta en los hogares y aunque los precios medios que perciben los agricultores han mejorado respecto a 2024, continúan por debajo de los costes de producción “disparados para el empresario agrícola”.

Otra de las características de este balance es la falta de autorizaciones excepcionales para las plagas, el escaso control en fronteras y la inacción de las administraciones ante esta problemática, así como un seguro agrario cada vez más mercantilista (menos coberturas y más primas), que está expulsando a muchos productores del campo, empujándolos al inevitable abandono.

Cítricos
El sector citrícola alicantino ha confirmado en 2025 una campaña corta en producción pero excelente en calidad, en línea con la tendencia nacional. El aforo del Ministerio de Agricultura sitúa la producción provincial en 550.000 toneladas, lo que supone un descenso del 15% respecto a la campaña anterior, una de las caídas más acusadas del país. Esta reducción responde principalmente a la plaga de trips, que afectó de forma intensa durante el verano de 2024, al agotamiento fisiológico de los árboles tras varios años de sequía y a un cuaje irregular, incluso pese a las lluvias primaverales.

A nivel sanitario, ASAJA Alicante alerta del avance continuado de los daños por ácaros, sin materias activas eficaces autorizadas, así como de la persistencia de la pulvinaria, que sigue mermando la calidad del fruto y reduciendo la capacidad productiva de las plantaciones. Pese a ello, la fruta recolectada presenta calibres homogéneos, buena coloración y excelente sanidad, lo que ha permitido una campaña económicamente positiva gracias a la firmeza de los precios en origen.

En naranja y mandarina, la producción se sitúa en torno a 160.000 y 120.000 toneladas respectivamente, con precios medios que han oscilado entre 0,45 €/kg en naranja y 0,50–0,80 €/kg en mandarina, niveles que han permitido cubrir costes. En limón, la producción cae hasta 260.000 toneladas, con una campaña especialmente corta, pero con precios elevados, impulsados por la caída de la oferta turca tras las heladas. El pomelo se consolida como el cultivo más dinámico del sector citrícola, con 20.000 toneladas producidas, estabilidad productiva y una demanda creciente tanto en mercado interior como en exportación.

ASAJA Alicante insiste en que, sin herramientas fitosanitarias eficaces y con acuerdos comerciales que permiten la entrada de cítricos de terceros países sin reciprocidad, el equilibrio actual es extremadamente frágil.

Uva de mesa

La uva de mesa del Vinalopó ha vivido en 2025 una de las campañas más complejas de los últimos años. La producción provincial alcanza aproximadamente 45.000 toneladas, pero el balance económico es claramente negativo debido a una caída de precios en origen cercana al 40% respecto a 2024, en un contexto de descenso del consumo de fruta fresca y aumento generalizado de los costes.

La campaña ha estado marcada por una fuerte presión fitosanitaria, con incidencias relevantes de mosquito verde, melazo, oídio y una expansión preocupante de la filoxera, que ha provocado mermas del 35–40% en algunas explotaciones y un incremento notable de los costes de manejo. A ello se ha sumado el impacto del calor extremo en variedades tempranas como Victoria o Doña María.

Los precios, muy inestables, se han situado entre 1,00 y 1,80 €/kg, insuficientes en muchos casos para cubrir costes. ASAJA Alicante denuncia que el sector se encuentra atrapado entre una elevada exigencia normativa, una fiscalidad creciente y una competencia desleal que no respeta los mismos estándares productivos.

ASAJA Alicante también ha lamentado que este año algunos supermercados hayan optado por no poner en sus lineales la uva embolsada del Vinalopó, más conocida por todos por ser “la uva de la suerte” de la variedad Aledo, que se recolecta justo en estos meses navideños.

Uva de vinificación

La vendimia 2025 supone una recuperación clara respecto a la campaña extremadamente corta de 2024, con una producción provincial cercana a 15.000 toneladas, aún lejos de los niveles históricos previos a la sequía. La calidad del fruto ha sido muy elevada, con buena sanidad, equilibrio en grado y acidez y una maduración homogénea que ha permitido planificar la vendimia sin incidencias.

El contexto europeo, con fuertes caídas productivas en Francia e Italia, ha favorecido la salida comercial de los vinos alicantinos y un aumento de las exportaciones cercano al 3%, sobre todo de vino blanco con DOP Alicante. No obstante, ASAJA Alicante insiste en que los precios en origen siguen siendo bajos para el productor y reclama un plan de choque que refuerce la rentabilidad y evite el abandono de viñedo en zonas de interior.

Olivar
El olivar alicantino cierra 2025 con una recuperación productiva contundente, alcanzando entre 8.000 y 9.000 toneladas de aceite, frente a campañas muy deficitarias. Las lluvias han favorecido una carga abundante de aceituna, con fruta sana y sin daños de plagas, aunque con rendimientos grasos más bajos debido a la humedad.

Pese a ello, ASAJA Alicante subraya la urgencia de diferenciar el aceite alicantino y fomentar su consumo local.

Almendro
El almendro protagoniza uno de los mejores balances del año. La producción provincial se sitúa en 16.534 toneladas de almendra en cáscara, duplicando la cosecha de 2024 y alcanzando la mejor cifra de la última década. El repunte es especialmente notable tanto en secano como en regadío, gracias a una primavera favorable y a una mejora en la disponibilidad hídrica.

No obstante, el sector sigue condicionado por problemas graves como la Xylella fastidiosa, que ha arrasado amplias zonas de la montaña alicantina, y por el impacto persistente de la avispilla del almendro, especialmente en producción ecológica, elevando los costes y reduciendo márgenes.

Hortalizas Camp d’Elx y Vega Baja

La campaña hortícola de invierno ha sido muy positiva, con una producción de 22.500 toneladas en el Camp d’Elx y excelentes resultados en alcachofa, crucíferas y patata. La sanidad vegetal ha sido buena, sin plagas relevantes, y los precios han permitido cubrir costes. Sin embargo, ASAJA Alicante denuncia que el sector se ve gravemente perjudicado cuando entran hortalizas de terceros países sin control efectivo, provocando hundimientos de precios en origen que anulan el esfuerzo productivo del agricultor.