Esmerado servicio

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Por Mateo Marco Amorós / A cara descubierta

Imagen / Joaquín Marín

Al amigo José Manuel Pérez Ruso y familia de Casa Ángel-El Palmeral

«Esmerado servicio» era antaño un reclamo usado por establecimientos diversos: restaurantes, cafeterías, tiendas de ultramarinos, cines, hoteles, casinos… Nosotros lo recordamos, por ejemplo, para el servicio de repostería del cine Imperial de Villena. Una filmina proyectada en la gran pantalla antes, entre y después de las películas anunciaba al público un esmerado servicio de bar; mientras sonaba de fondo una selecta música cuadrafónica. De piano y orquesta. Sonido relajante. También se alude al esmerado servicio en anuncios impresos en periódicos antiguos, correspondientes a diferentes negocios. Esmerado servicio dirigido por lo común a una «distinguida clientela». Porque esmerado servicio y distinguida clientela venían a ser conceptos inseparables.

Hoy parece que estas agradables expresiones suenan trasnochadas, como caducas. Como cursis. Pero para nosotros aparecen asociadas a muchos lugares entrañables que conocimos y que ahora nos vienen a la memoria. Por ejemplo, ya lo hemos dicho, el esmerado servicio de bar del cine Imperial de Villena. Que fue uno de los mejores cines de España. No exageramos. Lugares así y otros los recordamos para apreciar unas atenciones exquisitas. Correspondidas necesariamente por una clientela educada. Por esto agradecemos hoy cuando se dan ambas cosas.

No tenemos queja de las gentilezas con las que se nos atiende en los restaurantes y bares que normalmente frecuentamos. Agradecemos y valoramos la profesionalidad. Y no nos extrañaría que, a fuer de parecer antiguos, pregonaran lo de esmerado. Porque vemos ese empeño por ofrecer con ilusión y respeto un «esmerado servicio», limpio, un servicio perfecto, con acierto, servicio lucido. Esto por aprovechar las diferentes acepciones de «esmerar» que dice la RAE. Pero todo esto, no se nos olvide por la parte que nos obliga, para una clientela ilustre, noble, que por educación y respeto merece lo de distinguida. Ganándonoslo.

Porque habría que recordar a algunos parroquianos de ahora, que aferrándose a eso de que el cliente siempre tiene razón, son maleducados tiranos con quienes les sirven. Porque hemos vivido ocasiones en las que la clientela queda muy lejos de merecer lo de distinguida. Y es que venimos perdiendo muchas cosas: Escrúpulo, educación y adjetivos hermosos como esmerado y distinguida.

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