Nostalgia y futuro

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Nostalgia de futuro /Mateo Marco Amorós

Ilustración / Joaquín Marín

Como alguna vez ya ha sido: año nuevo, columna nueva. Ahora, «Nostalgia de futuro». Despedimos «Bardomeras y meandros» donde nos ocuparon atascos y recreos. Que algo así es el escribir. A veces labor detenida, desesperada sin saber; otras entretenida, lamiendo con el agua de la palabra una orilla y la contraria plácidamente. Con aciertos y desaciertos.

En esta labor –ya lo hemos dicho en otras ocasiones– no nos importa convencer sino decir. Y sobre todo decir bien. Que guste aunque no convenza. Y en estos años de poder decir estamos muy agradecidos a quienes con confianza han puesto y ponen altavoz a nuestra voz, a todos los medios que han atendido y atienden nuestras reflexiones, mimándolas. Como por supuesto estamos también muy agradecidos al público, oyentes y lectores que se distraen atendiendo nuestras pretendidas literaturas.

Año nuevo, columna nueva –sí, como alguna vez ya ha sido– y, como alguna vez también ha sido, titulada con lo tomado en préstamo de alguna lectura. Si en anteriores de Miguel Hernández, Saramago o Valle-Inclán, ahora de Julio Anguita. Aunque hemos visto que «Nostalgia de futuro» es título de dos poemarios, uno de José Luis Guerrero, otro más reciente de José María Petit Gralla, nosotros lo tenemos anotado desde 2006, de cuando La Esfera de los libros publicó, del político comunista en colaboración con el periodista Rafael Martínez-Simancas, «El tiempo y la memoria». Libro recomendable en el que Anguita, entre otras reflexiones, reconoce entender el comunismo como lo definía Marx: «Movimiento real que en su despliegue va superando constantemente las contradicciones».

En los tiempos que vivimos en España no sé si escribiendo comunista y comunismo hemos de añadir «con perdón». Porque se ha instalado en el lenguaje político de unos y otros un simplismo panfletario jibarizando los conceptos, derivándolos a insulto. Simplismo denunciado por Anguita. Como si ser lo que uno quiere ser: liberal, conservador, socialdemócrata, nacionalista, socialista, comunista… creyente… Fuera baldón a los ojos del contrario. Que los sistemas políticos y las creencias tienen contradicciones, lo corrobora la Historia. Lo importante es tener honrada conciencia de esas contradicciones para superarlas. Nostalgia y futuro.

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