Obligación Cumplida: Torrevieja 4-2 Buñol

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Higón, Rafa Gómez y Prieto por partida doble dieron el triunfo al equipo salinero en casa

El Torrevieja sacó adelante este partido, otro de los trámites que le quedan hasta el final de la temporada, con mucha solvencia hasta el momento en que el Buñol marcó su segundo tanto. Durante toda la primera mitad, pese a que no necesitaron forzar la máquina, los de Pedreño adquirieron una renta clara. Abrió el marcador Higón, despejando un panorama que se ensombreció con el empate de Raúl. Sin embargo, los salineros no decayeron y siguieron dominando con su juego. Rafa Gómez vio puerta y volvió a adelantar a los suyos. Prieto amplió la ventaja hasta el 3-1 poco después de haber dispuesto de otra gran oportunidad, cuando tras hacer lo difícil, regatear a Sanjuán y Quico, escorado a la izquierda remató al poste.

En la reanudación no cambiaron las tornas, con un Buñol hasta ese momento inofensivo y un Torrevieja dispuesto a sentenciar el resultado. Un gran tanto de Chupe puso la máxima diferencia para los locales. Al minuto siguiente, otra vez Prieto pudo hacer el quinto, pero tras controlar en el área un centro de Chupe, disparó alto. Poco a poco, entre el conformismo del rival y no tener ya nada que perder, los de Jero López se decidieron por fin a adelantar líneas. Godo fue el primero en avisar con un disparo desde cerca de la frontal. Después sería Nacho, convertido en un delantero más, el que obligaría a intervenir a Miguel Serna. La entrada de More reforzó el ataque visitante. Con un testarazo a centro de Emilio contribuyó a animar a sus compañeros. Al contragolpe esperaba el Torrevieja, que por medio de Higón, a pase de Carrasco, dispuso de su nueva opción para no complicarse el resto del encuentro.

El punto de inflexión llegaría con el gol de Nacho, que hizo crecerse al Buñol, un equipo muy distinto al que habíamos visto hasta ese instante. Creyendo en sus posibilidades y con un mayor fondo físico, encerraron a los blanquiazules en su parcela y generaron varias ocasiones para reducir la distancia a la mínima. More volvió a crear apuros, y después sería Godo el que, con un lanzamiento al poste, puso la tensión al límite. Aunque el Buñol no se rindió, hasta el final ya no tuvo la misma fluidez en sus ataques y hubo de doblar definitivamente la rodilla.

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