Sueldos políticos y corrupción en Torrevieja

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Julián Carcaño
Militante de Los Verdes y ex concejal en Torrevieja              

El portavoz del PP Eduardo Dolón y Joaquín Albaladejo piden que se mantengan los sueldos de los concejales de la anterior legislatura y dicen que «no estamos en política por dinero».

Curioso que diga eso el exalcalde Eduardo Dolón, que lleva ya 16 años viviendo de sueldos políticos y cuya nómina le costó al ayuntamiento más de 90.000 euros al año durante sus cuatro años como alcalde. Y no hablemos de Joaquín Albaladejo, a quien en el mandato 2007-2011 la mayoría del PP le autorizó ilegalmente la compatibilidad para ejercer su función como edil con dedicación exclusiva con el desempeño de tres actividades privadas como administrador de fincas, agente de la propiedad inmobiliaria y abogado, y que en el mandato 2011-2015 ha estado ingresando más de 100.000 euros públicos al año procedentes de la Diputación provincial y del Ayuntamiento. Ambos formaron parte del gobierno de Hernández Mateo y avalaron su corrupción al firmar su petición de indulto en noviembre de 2013.

En el Pleno del 3 de julio, el alcalde José Manuel Dolón (que no cobrará el sueldo como alcalde al optar por seguir cobrando su pensión de prejubilación) defendió la propuesta de retribuciones del pentapartito: «en el año 2011, por dedicaciones exclusivas, el Ayuntamiento pagaba 645.00 euros/año. Con la propuesta del pentapartito, el coste va a ser de 588.000 euros/año; lo que supone un ahorro de 57.960 euros al año con respecto al mandato anterior».

Opiniones sobre las retribuciones de los concejales las hay de todos los colores. Pero, a muchas personas, el árbol de los sueldos no les deja ver el bosque de los suculentos negocios que algunos han hecho desde los despachos municipales y que quisieran seguir haciendo.

Torrevieja no se encuentra empobrecida y su ayuntamiento endeudado por las retribuciones legales que en los últimos años han percibido los concejales, sino por el saqueo sistemático que, desde la sombra del poder, se ha provocado en las arcas y en el patrimonio municipal.

Gran parte de la ciudadanía de Torrevieja empieza a ser consciente de que detrás de todos y de cada uno de los despilfarros y de los proyectos fracasados del PP en Torrevieja, unos pocos se han estado forrando.

No estamos hablando de los 500.000 ó 600.000 euros que pueden costar anualmente las retribuciones de los concejales, sino de muchas decenas de millones de euros que se han «evaporado». En los últimos años hay ejemplos para aburrir en Torrevieja:

– Sobrecoste sin justificar del Teatro Municipal: 4,5 millones de euros.

– Contrato amañado de las basuras que llevó a la cárcel a Hernández Mateo: 180 millones de euros.

– Velero Pascual Flores (traer el original desde Bristol y réplica que hace aguas): 6,5 millones.

– Auditorio y Conservatorio Internacional, un lujo infrautilizado: 42 millones.

– Residencia de discapacitados mentales (terminada en enero de 2012 y sin abrir): 4,6 millones.

– Proyecto del puerto de Calatrava que no llegó a ejecutarse: 600.000 euros.

– Parque de relajación o balneario de lodos (abandonado y en ruinas): 1,5 millones.

– Mirador del Alto de la Casilla: más de 2 millones.

– IES Mediterráneo: sobrecoste de 1,7 millones, con la trama de Rus por medio.

– Obras de Caballero de Rodas: 3,4 millones, un gran pufo con un sobrecoste increíble que se llevó por la cara SEDESA, la empresa de la familia de Juan Cotino.

– Ejecuciones de sentencias por expropiaciones mal gestionadas por el PP: más de 20 millones.

– Se han perdido decenas de millones «perdonando» a las urbanizadoras no acometer muchas obras de urbanización a las que estaban obligadas. Y también en permutas perjudiciales para el patrimonio municipal y haciendo la vista gorda con determinadas infracciones urbanísticas.

– En los móviles gratis total, en gastos de representación onerosos y en otras mamandurrias los del PP han tirado bastantes miles de euros.

Este es el gran bosque de los negocios que se oculta tras el debate de las ramas de los sueldos.

Una ciudad empobrecida como Torrevieja no puede consentir que las corrupciones y el despilfarro que asolaron nuestra ciudad entre 1988 y 2015 se vuelvan a reproducir en el futuro.

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