Dos vecinos de Orihuela «hartos» del ruido y las vibraciones que aseguran les provocan los motores del Museo de la Muralla

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El concejal Rafael Almagro asegura que los ruidos y vibraciones que dicen sentir “es bastante probable” que provengan de cualquier otro edificio cercano

Encarnación Rodríguez y Rafael Cerezo continúan manifestándose diariamente frente a la puerta del Ayuntamiento de Orihuela para denunciar el ruido y las vibraciones que aseguran provocan en su vivienda los motores de climatización instalados en el Museo de la Muralla, situado frente al campus de Las Salesas y al lado de la casa de los afectados. Hace cerca de dos meses que iniciaron esta protesta aunque no es la primera vez que se echan a la calle por este motivo puesto que esta problemática, asegura, se viene arrastrando desde hace 18 años. “Somos apolíticos, no estamos con un partido u otro solo queremos que nos solucionen este problema”, asegura Rafael. Viven en el inmueble desde hace 30 años, antes de que se descubrieran las ruinas que hoy forman el Museo de la Muralla. Desde que abriera sus puertas hace 18 años aseguran que soportan vibraciones y ruidos en su casa. Una situación que les ha generado problemas de salud, según ellos mismos relatan.

El matrimonio denuncia que el Ayuntamiento está incumpliendo la ordenanza municipal contra la contaminación acústica por ruidos y vibraciones entre otras cosas porque en uno de sus artículos prohíbe expresamente el anclaje directo de máquinas a la pared de una vivienda individual, como dicen es el caso. “Las paredes que se utilizaron para la instalación de los motores y salida de ventilación son de nuestra propiedad y además no están insonorizadas ni cumple con el metro de distancia que especifica la ley”, explica Rafael Cerezo.

En una de las pancartas que exhiben en su protesta diaria frente al Ayuntamiento culpan directamente al concejal de Patrimonio, Rafael Almagro, de no dar solución a esta problemática. Precisamente el edil salió la semana pasada al paso de estas críticas asegurando, a través de un comunicado, que no existen tales ruidos procedentes de los motores de aireación del Museo de la Muralla y desmintiendo a estos vecinos. Almagro señala que los motores se colocaron en un habitáculo construido y diseñado para tal fin junto a la puerta de acceso del Museo y niega que exista “conexión pared con pared entre ese espacio y la vivienda de los presuntamente agraviados”, tal y como manifiesta el matrimonio.

El edil asegura que el pasado mes de febrero se realizó  una medición acústica a cargo de técnicos de Urbanismo y el resultado “corroboró la total normalidad de ruido tanto fuera como dentro de la vivienda y no más allá del que cualquier otro vecino o vecina de Orihuela tiene dentro de la suya propia”. Pero los vecinos aseguran que tales pruebas se realizan cuando los motores están al mínimo de su capacidad. Ya que, según relatan, las vibraciones y los ruidos son variables y depende de la potencia a la que esté puesta la climatización.

El pasado 1 de noviembre agentes de la Policía Local se personaron en la vivienda a llamada de estos vecinos en las diligencias de la actuación los policías indicaron que “tras estar unos minutos dentro del inmueble percibimos un zumbido que supuestamente procede del Museo de la Muralla”.

Sin embargo, Almagro señala en su comunicado que “es bastante probable” que tanto los ruidos o vibraciones que dicen sentir provengan de cualquier otro edificio cercano y no del citado museo. “Digo esto porque me consta que se hizo una prueba con los motores apagados y, aun así, dijeron sentirlos”, señala al tiempo que indica que “a pesar de todo, se han realizado acciones tendentes a que todavía hagan menos sonido y el resultado sea prácticamente imperceptible, incluso situándonos en el Pasaje y bajo el propio habitáculo”.

Encarnación y Rafael desmienten sin embargo que el problema esté solucionado y aseguran que seguirán apostados en la puerta del Ayuntamiento para visibilizar una problemática que aseguran “nos está matando”.

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