La sequía destruye 1.000 hectáreas de hortalizas en la Vega Baja

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Asaja estima que la falta de lluvias ha hecho perder más del 40% del limón cultivado en la comarca

La falta de precipitaciones durante el pasado otoño y el recién estrenado invierno, sumado a la grave inoperancia política en materia hídrica, incapaz de planificar acciones efectivas ante un escenario de sequía extrema del que las organizaciones agrarias, expertos climatológicos del Foro Pro Agua y de la Universidad de Alicante, lleva alertando desde hace más de dos años, ya tiene sus consecuencias.

Desde ASAJA Alicante han contabilizado la pérdida de más de 1.000 hectáreas de hortalizas en la comarca de la Vega Baja, que afectan principalmente a cultivos de alcachofas, lechuga, brócoli, coliflor, patatas, boniatos… Asimismo, la producción citrícola, cultivo estrella por extensión y rentabilidad, también está tocada. Y es que, más del 40% del limón fino se ha quedado bajo de calibre y no va a tener salida comercial al exterior y, de lograr colocarlos en mercados nacionales, los precios pueden ser ínfimos, por lo que nos enfrentamos a pérdidas de millones de euros que deben afrontar nuestros empresarios agrícolas.

Además de la perdida de cultivos y del mazazo económico para los productores en la presente campaña, la sequía ha provocado que las grandes empresas exportadoras instaladas en la Vega Baja comiencen a estudiar plantar en otras comunidades autónomas con mayor disponibilidad de agua para poder atender las demandas de los mercados europeos. Por lo que, a parte de una fuga de inversiones en nuestra provincia, se teme una estampida de empresas exportadoras que suponen un importantísimo motor económico para la provincia y la Comunidad Valenciana.

Este martes, tras la reunión en la Diputación de Alicante de la Comisión Técnica del Agua, a la que pertenece ASAJA, para analizar la evolución de la sequía en la provincia de Alicante y los aspectos relacionados con el Pacto Provincial del Agua, se ha alcanzado el acuerdo de pedir al Ministerio un riego de socorro del trasvase Tajo-Segura de 50 hectómetros cúbicos. “Solicitamos este trasvase de urgencia para evitar la pérdida irreversible de nuestros campos, salvar los pocos cultivos que quedan plantados y evitar que árboles frutales o de hoja caduca, como el almendro o el granado, agoten la poca humedad interna que les queda y puedan dar cosecha la próxima campaña”, asegura el presidente de ASAJA Alicante, Eladio Aniorte.

Por otra parte, desde la organización agraria también quieren reivindicar una mejor redistribución de la poca agua disponible para los regadíos tradicionales, donde hay agricultores que llevan meses sin una gota de agua y, otros, en cambio, gracias a la situación de sus fincas, están regando todas las semanas.

Heladas

Asimismo, la falta de agua también hace a los cultivos y los árboles mucho más sensibles y vulnerables ante las heladas y esta es otra consecuencia de la sequía. “Si el termómetro baja de cero grados por las noches, como ocurrió la pasada madrugada y se espera en las próximas noches, el daño por sequía será aún mayor, puesto que las plantas, al llevar tanto tiempo sin recibir agua y no tener humedad, son muy vulnerables a temperaturas bajo cero y, además de afectar al fruto, pueden incluso quemar y matar el árbol.

Cabe destacar que, aunque aún es pronto para realizar valoraciones globales de las heladas que se produjeron el 5 de diciembre en zonas como el Vinalopó y la Vega Baja, ya que éstos se ven principalmente en la época de recolección, sí que se espera que en próximas semanas se puedan contabilizar mermas en cítricos y hortalizas que, como hemos dicho, debido a la falta de agua, son más vulnerables a temperaturas extremas. De haber tenido el agua que necesitaban, las heladas no hubiesen hecho mella”, como afirma el presidente de ASAJA.

“Si no tenemos un trasvase extraordinario de forma inminente, ahora que los embalses se han recuperado algo gracias a las nieves que se están produciendo en toda España, en menos de un año asistiremos irremediablemente a la muerte definitiva de nuestra huerta y a la desaparición de un plumazo de nuestra importante industria agroalimentaria”, alerta Aniorte.

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