Uno de aquellos…IV

Publicidad

Trueque

Trueque

Hace unas semanas nuestro amigo profesor y escritor Manuel García Pérez publicada en Facebook un comentario feliz. Razones tenía. Estaba corrigiendo exámenes de Lengua de primero de Bachillerato de sus alumnos del Tháder de Orihuela y disfrutaba y valoraba el buen hacer escritor de estos. —Algunos son muestras de grandes literatos —afirmaba el profesor.

No todo es fracaso en la Enseñanza, pensábamos. Hay vida después de la LOGSE y sucedáneos. Y qué bien, huérfana la escuela de respeto social, cuando aparecen estos alumnos y estas actitudes que nos salvan en nuestro día a día y nos concilian en nuestro quehacer. Qué bien esa miel de una redacción bien escrita, qué bien ese discurso coherente y lúcido que apreciamos en su dificultad y arte. Porque en estas cosas hay, además de técnica, don. Hay alumnos que estudian pero a la hora de exponer los conocimientos, ya sea de manera oral ya por escrito, pierden. Otros sin embargo tienen esa virtud del discurso fluido, del discurso fresco y original. Discurso sabio.

Si algunos alumnos de Manuel García apuntan maneras literarias –y tienen buen modelo en su profesor– hay otros que caminan, creo, directos al mundo de los negocios. Recientemente, también corrigiendo exámenes, uno de mis alumnos demostró una magnífica habilidad comercial. Preguntado por el concepto «trueque» fue certero en la definición contestando que se trata de un intercambio de bienes y servicios sin mediar dinero. Certero en la definición y productivo en el ejemplo. Muy productivo. Porque escribió: «Ejemplo: Tú me das una vaca y yo te doy una gallina». Y… —¡Claro! —le apunté en la corrección. —Yo una vaca por una gallina. ¡Espabilado eres. De Bigastro tenías que ser! Felicitándole por la definición le comento, no obstante, la desproporción del ejemplo. Una vaca para él, una gallina para mí me parece un intercambio muy desigual. Pero él insistió con inteligencia aludiendo a uno de los rasgos de esta economía básica, el de la necesidad. —Si tú quieres huevos, necesitas una gallina. Si yo quiero leche necesito una vaca. Así que vaca por gallina. Leche por huevos.

—¡Manda…! —pienso. Rockefeller un aprendiz.

Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*