Acto de graduación

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Mateo Marco Amorós / Nostalgia de futuro

Joaquín Marín / Fotografía

Finalizando el curso, los centros de enseñanza, en sus distintos niveles, organizan actos de graduación para despedir con honores merecidos al alumnado que culmina un ciclo. En estos actos coincide el espíritu de Jano, ese dios bifronte que mira a pasado y futuro, al ayer y al mañana. Porque terminando un periodo formativo, se abre otro. Estarán muertos quienes, renunciando a seguir, consideren que en ese momento está hecho todo lo que hay que hacer. Jano es el dios de las puertas. Y las puertas se cierran, pero también se abren.

En estas circunstancias, felices por acabar un periplo, cabe ilusionarse con nuevos quehaceres. Miraremos al pasado satisfechos aprendiendo de él –por lo que no es bueno el borrón y cuenta nueva– pero miraremos el futuro ambicionando propósitos. Y con Jano y el mirar, recordaremos la lección de la «Fábula de los tres hermanos» que canta Silvio Rodríguez alertándonos del peligro de escoger, caminando, un exclusivo mirar. Canción que, como tantas hermosas canciones, debo su disfrute al amigo Pepe Cabanes, amigo Entreamigos.

Canta Silvio que de los tres hermanos, el mayor, «para nunca equivocarse o errar», fijó su mirada en lo inmediato, en lo que paso a paso iba a pisar. Mirando a sus pies, esclavo de la precaución, el cuello nunca se le enderezó. Y nunca llegó lejos por corta visión. Porque… «Ojo que no mira más allá, no ayuda al pie». Por su parte, el hermano mediano, caminando, sólo miraba al horizonte. Ignorando piedras y hoyos, tropezando, hundiéndose en el camino. Así que, derrotado por los accidentes, tampoco llegó lejos. Porque… «Ojo que no mira más acá, tampoco fue». El hermano pequeño optando por mirar con un ojo a sus pies, y con el otro al horizonte –»Ojo en camino y ojo en lo porvenir»– acabó con la mirada extraviada «entre el estar y el ir». Porque… «Ojo puesto en todo, ya ni sabe lo que ve».

Moraleja: Difícil la elección, sea nuestra mirada atenta, y según la circunstancia, al pasado, maleta de experiencias; al presente, siempre exigente para tomar decisión; y al futuro, ilusionante. Caminando, siempre caminando.

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