El centro urbano de Rojales recupera la normalidad tras la apertura del puente del siglo XVIII al tráfico rodado y peatonal

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El Conjunto Hidráulico ha sido objeto de la mayor inversión de su historia en materia de restauración. Este elemento histórico junto al azud, la noria y La Comuna están pendientes de ser declarados BIC

El centro urbano de Rojales acaba de recobrar su normalidad. Desde la tarde de ayer miércoles el puente de sillería de Carlos III construido en el siglo XVIII y sus calles colindantes se encuentran abiertas al tráfico rodado y peatonal. El puente junto al resto de elementos (noria, azud, bocana de la acequia de La Comuna), forman el conjunto hidráulico-histórico del río Segura que está pendiente de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Generalitat, según explica el alcalde, Antonio Pérez .

La decisión para aperturar el puente se tomó ayer tras celebrarse una reunión entre técnicos municipales y de la empresa que ejecuta la actuación, al considerar beneficioso la retirada del perímetro vallado y permitir el paso por el puente para conseguir tanto una mayor fluidez en la circulación y mejorar el comercio local.

Reseñar por otra parte que las obras todavía no han sido terminadas en su totalidad ya que queda pendiente la colocación en algunos puntos de elementos de mobiliario urbano, iluminación parcial y restauración de la histórica bocana de la acequia de La Comuna desde donde se riegan las huertas de Rojales y Guardamar. En este punto concreto y dentro de otro proyecto promovido por el Gobierno Valenciano y el Juzgado de Aguas de Rojales, será colocada una segunda compuerta hidráulica y automatizada para aumentar la seguridad del casco urbano en caso de grandes avenidas de agua del río Segura.

Destacar los trabajos cuentan con un presupuesto de más de medio millón de euros aportados por el ayuntamiento y la Generalitat a través de fondos europeos. En este sentido Antonio Pérez indica que se trata la mayor inversión sufrida por el conjunto histórico desde su el inicio de su construcción, en época bajo medieval.

El puente solo tiene un sentido de circulación de vehículos. Se puede pasar únicamente desde la margen derecha del río Segura hacia la izquierda. Con ello se pretende reducir la presión de vehículos a motor hacia este puente, y que el nuevo suelo de granito  se vea afectado lo menos posible. También con el objetivo de que los peatones tengan más seguridad vial.

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