Opinión: Cien días de Fiesta

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Por Ciudadanos Orihuela

No es la cortesía el valor que con más frecuencia destila la acción política, pero sí es cierto, sin embargo, que hay algunos códigos que se respetan aunque no esté garantizada la bidireccionalidad de esa actitud. Uno de esos acuerdos ya naturalizados es el de ceder al nuevo gobernante cien días de generosidad y prudencia para que pinte los primeros trazos de su gestión, pero lo que suele pasar es que la oposición debe autoimponerse el respeto y un prudente silencio mientras que el nuevo mandatario aprovecha para desmerecer todo lo que los otros han hecho anteriormente. Eso también ha pasado aquí en Orihuela.

Ciento y pocos días después de la constitución del nuevo gobierno local, ya es momento de hacer una valoración desde nuestro grupo municipal de las acciones, las intenciones y las maneras de la nueva Orihuela de PP y VOX. Atenderemos, si les parece bien, a datos objetivos y dejaremos que sea la lectura subjetiva de cada uno de los lectores de este texto la que tamice lo que aquí exponemos.

Gestión heredada. No hay inercias nuevas en Orihuela tras las elecciones del 28 de mayo: la gestión en materia de urbanismo, recursos humanos, seguridad ciudadana o infraestructuras no responde a los nuevos aires y no son más que asuntos heredados de quienes meses atrás habíamos sido criticados por estas mismas cuestiones. Ocurre así en todas -¡¡¡el cien por cien!!!- las propuestas para legalizar viviendas en suelo no urbanizable a través de la minimización de impacto que se han elevado a Pleno, en la aprobación del proyecto para la apertura del paso de Aguamarina o la reciente aprobación inicial de la modificación puntual de El Barranco, apoyadas por nuestro grupo por la sencilla razón de que son propuestas trabajadas y terminadas por nosotros y en las que su única intervención ha sido cambiar el nombre de quien las suscribía. Nada han hecho, absolutamente nada.

Incoherencias. Curiosamente, en el último de los asuntos urbanísticos se da la chocante circunstancia de que esa misma iniciativa que ahora los populares oriolanos han impulsado, meses atrás fue gestionada por ellos con una extraña abstención y dos huidas “in extremis” justo en el momento de la votación plenaria. Cabe recordar que el actual concejal de Urbanismo y el edil de Infraestructuras ya formaban parte del anterior equipo del PP y no han encontrado argumentos para justificar su cambio de posición de marzo a septiembre.

Un timo para los oriolanos es igualmente haber roto a las primeras de cambio su compromiso de rebajar la presión fiscal a sus vecinos. Así ha ocurrido con su posicionamiento en contra de la eliminación definitiva de la tasa de ocupación de vía pública para la hostelería, un sector estratégico que con una medida tan asumible por el ayuntamiento podría ayudar decisivamente a la reactivación económica y del tejido comercial de nuestro municipio. Lejos de cumplir lo prometido de ayudar a la gente, Vegara y Mestre han decidido que los hosteleros vuelvan a pagar las mesas y las sillas de las terrazas a partir del 1 de enero de 2024.

De cara a la galería se ha recuperado la Concejalía de Orihuela Costa para satisfacer las peticiones de las asociaciones de esta zona de nuestro municipio, pero la realidad es que el señor Mestre, quien mostró recientemente un desprecio absoluto por el Pleno, no tiene competencias reales en materia de gobierno ni presupuesto propio, y su labor está subordinada a los ediles que sí disponen de las mismas, ya sea en aseo urbano, urbanismo, infraestructuras o playas, por citar algunos ejemplos. En lugar de esta acción vacía de poner a un encargado de asuntos costeros vacío de atribuciones, habría sido mucho más interesante, responsable y efectivo haber reforzado el equipo técnico que trabaja en las dependencias de Playa Flamenca y no restarle efectivos, como así ha ocurrido con la entrada del nuevo gobierno.

Esa misma “apropiación indebida” descrita anteriormente se ha producido en algunas de las subvenciones anunciadas –como los proyectos para los parques de la Glorieta, Severo Ochoa o los diques de la sierra- o para procedimientos selectivos que Luisa Boné también dejó resueltos. Entrenaranjos tiene ya servicio de correos y la CNMC está trabajando la misma solución para las urbanizaciones de la costa de nuevo como parte de nuestro legado.

Sin presupuesto. Por el contrario, sigue sin culminarse la permuta de los terrenos de Santo Domingo que también dejamos resuelta, no hemos tenido Semana Europea de la Movilidad, seguimos sin programación en el Teatro Circo y, lo que es peor, sin presupuesto. Cuando el mantra de la urgencia de tener presupuesto municipal se ha repetido mil veces en las últimas fechas, ahora resulta que habrá presupuesto para 2024 y que acabaremos este año sin sobresaltos gracias a las modificaciones presupuestarias que también hemos avalado con nuestro voto favorable. Modificaciones justificadas desde el gobierno para hacer frente al desastre encontrado en las arcas municipales, pero es justo reseñar que, de los últimos ocho años, la economía local ha estado en manos del señor Almagro durante siete de ellos y en las de Carolina Gracia, el año restante. Para hacérselo mirar.

No es casual el título que le damos a este artículo, pues, si analizamos cuál es el principal asunto que ha ocupado páginas de prensa, debates en redes sociales y tertulias de barra de bar es el asunto de las luces de las fiestas. Asumiendo con naturalidad que complicaciones administrativas que ahora no tocan dificultaron la puesta en marcha del contrato de las luces de las fiestas, la realidad es que este hecho, lejos de haber sido subsanado siguiendo los cauces administrativos oportunos a los que nos guste o no estamos obligados los servidores públicos, define milimétricamente a los “nuevos jefes”.

Si hablamos de acciones, la realidad es que el equipo de Vegara muestra una sensibilidad muy diferente para el centro de Orihuela y otra, para el resto del territorio local. Volvemos a eso de los oriolanos de primera y oriolanos de segunda. Mientras el alcalde y sus compañeros –que son también sus amiguetes de los Moros-, muñidores del gobierno más caro de la historia de Orihuela, encuentran mecenas para las luces de las fiestas de la Reconquista y para la Virgen de Monserrate, menos suerte han corrido las comisiones de fiestas de las pedanías. En pedanías no hay patrocinadores. Ni públicos ni anónimos. En cuanto a intenciones, queda clara de voluntad de cargar la presión y las culpas contra los que estábamos antes desempeñando labores de gobierno, pero lo más llamativo, por no decir que preocupante, son las maneras: en un gobierno endogámico con banda sonora de marchas moras y cristianas, empieza a ser preocupante la naturalidad con la que se obvian procedimientos y se suprime por completo la transparencia al tiempo que se niegan explicaciones al resto de grupos políticos. Sospechoso y peligroso.

Con un gobierno sin criterio que solo ha venido a recortar derechos, que no trata por igual a todos los oriolanos, que se recrea en la inacción, que calla en los Plenos y solo se activa para la fiesta, la labor de oposición de nuestro grupo es, si cabe, más importante que nunca. Las acciones, las intenciones y las maneras delatan a PP y VOX. Seguiremos apoyando cuando toque; criticaremos lo que no nos guste. Y lo haremos por el bien de los oriolanos. Eso sí, de todos los oriolanos.

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