Opinión: . ¿Por qué lo llaman amor cuando…?

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Por José Aix, portavoz de Ciudadanos Orihuela

Tengo calor, pero voy a ponerme el abrigo. Ponme otro plato más, que no tengo hambre. Lo nuestro no funciona, pero cásate conmigo, mi amor.

No se preocupen. No se preocupen si no entienden estas frases. Yo, que acabo de escribirlas, tampoco les encuentro la más mínima lógica. Pero no piensen que estas afirmaciones son la consecuencia de una enajenación transitoria o que se me han escapado en un “copia y pega” buscando en Google ejemplos de antítesis. No, no es eso.

A ver, me explico. Les explico. Hace escasamente una semana, aludiendo a unos estudios por ahora desconocidos, explicaba Manuel Mestre, líder local de VOX, que la costa necesitaba urgentemente 50 millones de euros para solucionar el 80% de sus problemas. Sin más detalles que esa cifra gruesa, nosotros no nos atrevemos a cuantificar a ojo de buen cubero, con un número preciso, cuántos millones de euros serían necesarios para abordar todas las necesidades de este rincón de nuestro municipio, pero a buen seguro no son pocos, pues son infinitas las carencias que tienen los residentes y los turistas de nuestra zona costera. Tan cierto es que la disposición territorial de las urbanizaciones y la estacionalidad dificultan la gestión como que Orihuela Costa es el motor económico del municipio, pero estos argumentos no deben servir de excusa para seguir ofreciendo soluciones a un lugar que cuenta con una población más estable tras la pandemia y que, por lo tanto, también parece de sentido común pensar que sus demandas se han asentado de enero a diciembre.

No se trata de poner el foco en si son 50 kilos los necesarios para voltear la situación o qué actuaciones consideramos nosotros prioritarias en este momento. No, no va de eso. Lo que pretendemos es explicarles el engaño –o quizás es una tomadura de pelo- que encierran las palabras de Mestre Barea y cómo se contradicen las mismas con sus acciones.

Una de las propuestas que hemos debatido esta misma mañana en la Comisión del Área Administrativa consistía en una modificación presupuestaria mediante la modalidad de suplemento de crédito financiado con bajas de otras partidas. Para los profanos en la materia: quito de aquí y pongo allí, cojo “las perras” guardadas para tal cosa y me las gasto en tal otra. Siete días después de esa rueda de prensa en la que el jefe de VOX Orihuela radiografiaba el panorama desolador de Orihuela Costa, su grupo ha levantado la mano para saquear a sus vecinos, para votar a favor de quitarles inversiones que eran suyas. Deberían salir de nuevo y corregir el dato de la semana pasada para decir que ahora, después de lo que han votado, hay que sumar un millón y pico más porque han decidido cargarse de un plumazo y sin rubor algunas inversiones que ya estaban garantizadas para la costa, tales como el colector de pluviales del CEIP Playas de Orihuela (931.108,54 €), la construcción e instalación de tres módulos prefabricados para el servicio de Salvamento y Socorrismo Playas (92.928 €), la ejecución de cinco puntos limpios en (120.000 €) la rotonda del mismo colegio (55.000 €) o las obras de abastecimiento de agua potable de la zona costera FASE II (478.062,79 €). ¿Acaso no han visto cómo se pone el entorno del colegio cuando llueve? ¿No saben PP y VOX que la mayor urgencia que hay en la costa es garantizar el suministro de agua potable? Y si lo saben, ¿les van a quitar el dinero? ¿Qué explicaciones darán a los vecinos de la costa si un día abren el grifo y no sale agua?

Frente a este atropello, nuestra actitud inicial en Comisión ha sido la de solicitar al equipo de gobierno que excluyeran de su propuesta las partidas suprimidas de la costa, es decir, que la operación de crédito no afectara a la costa, a lo que PP y VOX se han opuesto sin dar más explicaciones. ¿No les parece una desfachatez que Vegara y Mestre sigan castigando a quienes más lo necesitan? ¿No van a alzar los pedáneos de Orihuela Costa la voz ante esta situación? ¿Va a guardar silencio Cerdán? ¿Tienen algo que decir los colectivos vecinales al respecto? Tras el peor verano que se recuerda, la realidad del litoral oriolano es la que se oculta bajo la retórica grandilocuente de un responsable, el señor Mestre, sin competencias reales para gestionar nada, con un equipo técnico que dispone de menos efectivos que hace un año y con un gobierno que quita a los vecinos de la costa dinero que ya tenía destino con nombres y apellidos concretos.

Nosotros ya hemos dicho que no y volveremos a negarnos en Pleno. En esto de decir una cosa y hacer la otra, ante la imperialista posverdad contra la que tanto cuesta luchar, en el epicentro de las paradojas políticas, en este juego de trileros en el que se está convirtiendo la política oriolana, me ha venido a la cabeza el título de aquella comedia de los 90 en la que aparecían Verónica Forqué, Jorge Sanz y Rosa María Sardá: “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?” Para que no se pongan colorados los más púdicos: “a Dios rogando…”.

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