Salvemos Lo Ferrís se moviliza contra el ‘Muro de la Vergüenza’

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Más de un centenar de vecinos y miembros participaron en un acto denuncia

Con el objetivo de reivindicar el derecho de paso por las cañadas reales, que son desde hace siglos los caminos por los que transitan los rebaños de ovejas trashumantes, «Salvemos Lo Ferrís» y Asaja Alicante convocaron un acto para denunciar que el «muro de la vergüenza» que está construyendo la empresa propietaria de una parte del paraje natural invade la Cañada Real de la Costa, que va desde Punta Prima hasta Cabo Cervera para después adentrarse hacia la laguna de la Mata, según el Catálogo de Vías Pecuarias de la Comunitat Valenciana.

La Ley 3/2014, de 11 de julio, de la Generalitat, de Vías Pecuarias de la Comunitat Valenciana establece que «son bienes de dominio público de la Generalitat y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables». Con todo, desde siempre uno de los problemas más graves de los pastores trashumantes era que los agricultores, ignorando sus derechos de paso, vallaban estas vías.

Con esta idea, la ganadería Poveda trasladó hasta Lo Ferrís medio centenar de ovejas y cabras de las 4.000 cabezas de ganado que tiene en Crevillente y que pastorean por la Vega Baja, una comarca de campos y huertas donde los trashumantes establecieron hace siglos las rutas pecuarias para el pastoreo de todo tipo de ganado.

Además de denunciar que el «muro de la vergüenza» ocupa parte de dominio público, esta trashumancia simbólica puso en valor la Cañada Real de la Costa y fue una oportunidad para disfrutar y recordar tradiciones que se han ido perdiendo.

El centenar de vecinos y de usuarios de la cala Ferrís que participó en el recorrido -por los más de 800 metros por los que discurre el vallado de bloque de hormigón y alambrado de más de dos metros de alto- pudieron revivir esta tradición milenaria que sigue siendo un arte y una vuelta a los orígenes.

La plataforma recordó que la ley de vías pecuarias establece que en el caso de las cañadas reales se deben contar 75 metros de anchura a partir del deslinde, mientras que ahora con el muro se reduce a sólo 6 metros en algunos tramos.

En la movilización se constató que estas redes, al tiempo que siguen prestando servicio a la ganadería,también son auténticos corredores ecológicos, favoreciendo el contacto del hombre con la naturaleza.

 

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