Días ecológicos y paradojas (2 de 2)

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Mateo Marco Amorós / Bardomeras y Meandros

Joaquín Marín / Fotografía

Supongamos –decíamos ayer– que influidos por el espíritu Green Deal celebramos en los pueblos de España muchos días ecológicos. Que día tras día concentramos a la gente para plantar árboles, pasear por campos y montes disfrutando de la naturaleza y maldiciendo a las vacas. Y, también ayer, repasábamos el calendario ecológico descubriendo que durante todo el año hay muchísimos días para reanimar nuestro corazón verde. Tantos días enumeramos que nos faltó tiempo para las paradojas. Sean éstas hoy.

Imaginemos alguno de esos días que dicen ecológicos. Sirva el Día del Árbol o el Día del Medioambiente. Con tal motivo, las autoridades asisten a un paraje natural con plantones, herramientas y nutrido personal corporativo. Arropando el evento. Todo un despliegue generoso de medios y dineros para la repoblación forestal. La chiquillería colegial y familias acuden al lugar acordado con mochilas llevando el almuerzo. Con cantimploras –aunque cada vez se ven menos cantimploras– y gorras. La gorra es prenda sagrada para algunos. También se ven enormes bolsas neveras.

Al principio la situación parece controlada. Pero pronto, puestos manos a la obra, surge un problema: la falta de colaboración. Unos han ido y ya está. Han ido. Pero no cogen azada. Se escaquean. Otros sin embargo se brindan con desprendimiento, preguntándose cómo salvar la huerta –o el monte– si muy pocos están dispuestos a coger un legón pero… Pero llega la hora del almuerzo. Aquí, sí concurre todo el mundo con alegría. Porque, más o menos justificada, la gana siempre está hecha. Y hay que almorzar. En el almuerzo se da buena cuenta, aunque ya no hay pañicos, de los pañicos. De las fiambreras. Pero la mayoría del sustento viene enlatado, envuelto en papel aluminio, contenido en plástico o tetrabrik. Envoltorios y continentes que terminando la pitanza sembrarán el paisaje destacando por encima de los plantones. Aquí una de las paradojas.

¿Otra? En el instituto. Similar y diaria: Comprobar cómo queda el patio después de un recreo. Porque, habiendo papeleras por doquier, queda basurero. Como en la ciudad las calles. Y satisfechos argunzaremos nuestras sensibilidades ecológicas amarrándolas en las trenzas de Greta Thunberg.

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