“Visitar el legado de Miguel Hernández es un deber moral y sobre todo un compromiso de memoria”, ha manifestado el president de la Generalitat
El presidente de la Generalitar, Ximo Puig, ha visitado el Museo Zabaleta-Miguel Hernández en Quesada (Jaén), donde se expone gran parte del legado del poeta Miguel Hernández, y ha reiterado el espíritu de cooperación con las instituciones jienenses. “Visitar el legado de Miguel Hernández en Quesada es un deber moral, es un deber cívico y sobre todo un compromiso de memoria y de trabajo por su promoción y divulgación. También tiene un regusto amargo porque el legado está aquí, porque las instituciones valencianas en su momento no acogieron de una manera adecuada lo que significa un huella cultural profunda entre nosotros”. Puig ha añadido que “Miguel Hernández no sabe de fronteras. En cualquier caso, es universal y sus valores, sentimientos y expresión también. Por eso vamos a continuar cooperando con las instituciones de Jaén, de Quesada, para que Miguel Hernández, su memoria y su literatura sean cada vez más conocidas y estén más presentes”.
Por otra parte, el presidente de la Generalitat también se ha referido a la sentencia que rechaza el derecho al olvido para aseverar que “ es un buen momento para manifestar todo el apoyo a la Universidad de Alicante en su ejercicio de dignidad defendiendo que la historia no se puede borrar, que aquellos que participaron en el escarnio contra Miguel Hernández deben estar asumiendo su papel en la historia”.
El l Museo Zabaleta-Miguel Hernández en Quesada (Jaén) expone gran parte del legado del poeta Miguel Hernández, compuesto por 5.600 elementos entre los que destacan manuscritos, cartas, libros, fotografías y objetos personales.
La exposición de este legado, uno de los más importantes de las letras españolas, pone de relieve el valor cultural de la obra del poeta, así como su dimensión social y universal.
La muestra realiza un recorrido por la vida del poeta, a través de los documentos, fotografías y objetos del legado, así como a través del relato en primera persona de su esposa, la quesadeña Josefina Manresa, gracias a los fragmentos extraídos del libro Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández.
Concretamente, la exposición está situada en la planta baja del Museo Zabaleta, ocupa una superficie de 553.85 metros cuadrados y está dividida en 6 salas o unidades temáticas, que a su vez se han subdividido en varias unidades expositivas.
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