Las imágenes peregrinarán hasta la Glorieta Gabriél Miró donde el Obispo, Jesús Murgui, celebrará una misa
Los seis cristos crucificados con los que cuenta la Semana Santa de Orihuela protagonizarán un encuentro en la Glorieta Gabriél Miró el próximo 29 de octubre para celebrar el fin del Año Jubilar de la Misericordia declarado por el Papa Francisco desde el pasado 8 de diciembre y hasta el 20 de noviembre de 2016.
Se trata de un evento organizado por la Junta Central de Cofradías, Hermandades y Mayordomías de la Semana Santa de Orihuela, que sacará a a la calle al Cristo de la Agonía, Cristo de la Buena Muerte, el Cristo del Consuelo, el Cristo de las Santas Mujeres, el Cristo del Calvario y el Cristo de Zalamea. El acto ha sido presentado este lunes por el presidente de la Junta Central, Ignacio Martínez, la edil de Festividades, Mariola Rocamora, y el consiliario José Antonio Moya.
La peregrinación se iniciará a las 16.30 horas desde el convento de Santa Ana hasta la Glorieta Gabriel Miró con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria Romana y la Banda Musical Asociación Musical Dacapo. En el recorrido se incorporarán las autoridades municipales a su paso por el Ayuntamiento y en la plaza de la Soledad se unirán los estandartes de las cofradías que no aportan imagen.
«La imagen de Cristo crucificado es la expresión máxima de la misericordia», ha explicado el consiliario, José Antonio Moya, quien ha señalado que el encuentro de los cristos crucificados culminará con una misa ofrecida en la Glorieta por el Obispo de la Diócesis, Jesús Murgui, y que estará amenizada por los grupos Cantores de la Pasión y Cantores de la Primitiva Federico Rogel.
Por su parte, el presidente de la Junta Central, Ignacio Martínez, ha señalado que a las tallas ya mencionadas se unirán las imágenes de San Pedro Arrepentido (Cofradía de El Lavatorio) y la Conversión de María Magdalena (Cofradía de la Samaritana) al ser dos tallas significativas de la respuesta a la Misericordia de Dios. El primero fue nombrado cabeza de la Iglesia pese a negar a Jesús, mientras que la segunda fue la primera apóstol pese a ser una mujer pecadora.
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