Uno de aquellos…III

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Epitafio

Epitafio

Mateo Marco Amorós
 

En 1970 Luis Carandell publicaba el libro «Celtiberia Show», una recopilación de artículos que habían visto la luz en la revista «Triunfo». Entre las cosas variopintas de España y sus gentes que en este libro se recogen aparece la felicitación de Navidad del conserje del cementerio de Villena. Recordamos que hace años era frecuente por Navidad el que los trabajadores municipales imprimieran unas tarjetas de felicitación que repartían por las casas al tiempo que solicitaban el aguinaldo. Aguilando que dicen en la Vega Baja diciendo también con corrección según reconoce la RAE.

Pues bien, en la tarjeta del conserje del cementerio villenense publicada en «Celtiberia Show» se observa, en el anverso, una foto del sepulturero bajo el arco que da entrada a la parte alta del campo santo villenense y, en el reverso, el texto de felicitación que dice: «El Conserje del Cementerio de Villena le desea unas felices Pascuas de Navidad y Año Nuevo, y al mismo tiempo una larga vida, si necesita de mi piadoso servicio; y en Navidad y en el año que empieza, felicidad y prosperidad. El Conserje. F.S. Ramos. Villena, diciembre.»

Respecto al cementerio de Villena, Javier García, un joven paisano al que cuanto más conozco más aprecio, entre conversaciones políticas y literarias en tertulia, me informa de un epitafio reciente en el cementerio nuevo de Villena. Epitafio que desde mis afanes de articulista tengo que contar. El epitafio dice así: «Aquí yace Juan Martín, el Rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien.»

Vaya por delante mi máximo respeto al difunto. Como mis condolencias y pésame a la familia. Juan Martín Jordán García falleció el siete de agosto de 2015 a los cincuenta y siete años. Mi padre también murió a esa edad y bien sé lo que es perder, tan pronto –siempre es pronto– a un padre, a un marido, a un hijo. Por ello mi respeto y mis condolencias. Pero lo peculiar del epitafio no resiste el silencio. Además, sin remedio nos ha traído a la memoria el libro de Carandell. «Celtiberia Show».

Adenda: Cuando grabamos esta columna para ONDA CERO Vega Baja, nuestro amigo Antonio Egiziano, que con inteligencias está al quite de tantas cosas, nos descubre que el epitafio es de Molière. Chapeau!

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