Vaciando el aire de las caracolas…CXXXI

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Premio

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«Quizá valga la pena detallar estas cosas: / los trapos viejos, las botellas, / el óxido que nos deja en las manos / un cabecero de hierro: / antros oscuros, / fruto de apresuradas caminatas.» Son versos del poema «La cama de hierro». Versos de Juan Manuel Muñoz Aguirre, ganador del Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández 2015. Versos en los que yo veo el oficio de poeta. Porque, entre otras cosas, la poesía –me parece– ha de ser herramienta para detallar esas cosas que quizá valga la pena detallar. Cosas que para la poesía –también me parece– son todas las cosas. Las trascendentales y las insignificantes. Insignificantes aparentemente entonces.

No está mal que las instituciones, en este caso la Fundación Cultural Miguel Hernández, despioje de protocolos fríos y de solemnidades manidas actos «oficiales». Como puede ser la entrega de un premio. Lo agradece el público y lo agradecen –creo– los premiados. Hace unas semanas, en el Auditorio de La Lonja de Orihuela se celebró el acto de entrega del Premio de Poesía Miguel Hernández y fue, de la mano de Auralaria, una hermosa fiesta de versos. Premiando la poesía, el acto fue poesía.

Auralaria nos tiene acostumbrados a arropar de arte exquisito estas ceremonias. Una labor mantenedora precisa y bien hilvanada, un piano bien tocado, una música bien elegida, una recitadora excelente, unas imágenes sugerentes, una entrevista inteligente, poesía y poeta fueron suficientes para ensalzar una entrega siempre emotiva por estar relacionada con Miguel Hernández. La mantenedora, Ángeles Vidal; al piano Carolina Llanes; recitando, Luisa Pastor; el entrevistador, Álvaro Giménez; el poeta, Juan Manuel Muñoz –ganador del premio– y la poesía, versos de Miguel Hernández y versos del poemario ganador. Las imágenes, que fueron al final, un atractivo cortometraje de Auralaria titulado «La casa vacía». Filmado en la casa de Miguel Hernández y texto de la obra premiada.

El poemario ganador se titula «Un campo de batalla antes de la batalla», título que son los versos finales del poema «Tricheuse». «Un campo de batalla antes de la batalla» es además imagen del «instante previo a la destrucción», como se dice en el penúltimo verso del poema que hemos citado al principio. Un escenario detenido en un poemario lleno de imágenes detenidas, aparentemente sencillo por el uso de palabras al uso pero riquísimo en imágenes fascinantes, nimbadas de cierto misterio y regadas de lluvia. Una lluvia pertinente que cae sobre los versos. Como orvallo.

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