A propósito de…LXXVII

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Ébola ¿castigo de Dios?

Laura F.

El Consejo de Iglesias del Iglesias de Liberia considera que el Ébola es un castigo de Dios: «Dios está enfadado con Liberia, el ébola es una plaga. Los liberianos tienen que rezar y buscar el perdón de Dios por los actos de corrupción e inmorales, como la homosexualidad, que continúan penetrando en nuestra sociedad». Como cristiana católica que me defino religiosamente, me niego a no razonar estas declaraciones. Liberia es un país que se ha debatido entre colonialismo, guerras civiles, corrupción,…y todavía está en proceso de democratización.

Con una inestabilidad política muy grande, que le hace ser un país poco seguro. Devastado por la guerra empezaba a levantar cabeza, pero con este brote tan brutal del virus, la hecatombe es extraordinaria. Si añadimos que la gente no acude a los centros sanitarios, los enfermeros no usaban guantes ni se lavaban las manos, eso favorece la transmisión. Durante quince años de guerra civil, Liberia ha perdido la mayor pare de su gente e infraestructuras, que tan poco eran muy allá. Con una población cristiana en su mayoría, convive unas minorías musulmanas y animistas, sólo unos pocos jóvenes pueden acceder a la educación y a la atención sanitaria. La tasa de mortalidad materna es una de las más altas del mundo, por ejemplo.

Los servicios de salud funcionan en su mayoría, exclusivamente, con el apoyo de ONG y organizaciones confesionales. Los medios son precarios y escasos por lo que sin ayuda exterior este país no puede salir de esta gran tragedia que es el Ébola. Dicho todo esto, y dada la situación económica y social, creo interpretar que la declaración de los obispos obedece a una forma de controlar la epidemia a través del miedo a un Dios terrible que se enfada con sus hijos por su mal comportamiento, como los relatos del Antiguo Testamento. Teniendo en cuanta que, aunque cristiana en su mayoría, Liberia, tiene una cultura ancestral, nativa que se ve impregnada de supersticiones. Quiero creer que esta declaraciones obedecen a esta idea de atajar le epidemia. De no salir a la calle, ayunar y orar es una forma de evitar contactos peligrosos para frenar este desastre. Me imagino que “tienen” que buscar cualquier medio. No le veo otra explicación. Porque Dios, el único, al que podemos llamarle como queramos: Sabiduría Suprema, Misterio, Absoluto, Uno, Causa Primera,…, tiene todo un universo infinito, con mucho trabajo, como para entretenerse en fastidiar, todavía más, a una población que sufre siglo tras siglo. Este Ser, ya no sería Dios, sería un ser vengativo, no Amor Supremo como entendemos los creyentes. Porque por la misma regla…¿Qué tendría que hacer este Ser sobre los que causan le muerte de niños, abusan de ellos y los maltratan; con los empresarios (los que lo hacen, claro) que obliga a trabajar a sus empleados más horas de las debidas a cambio de un sueldo de esclavo, a los que practican la ablación, a los que roban a ancianos con las preferentes , a los que comercian con personas, a los que venden armas, … Seguiría hasta la eternidad enumerando motivos por los cuales el Gran Misterio tendría que “castigar”. Sin contar males “menores”, que como se ven poco o no se ven, pues…. Es triste tener que recurrir a estas estratagemas para contener a una población que se puede contagiar con sólo estornudar. Pero el origen del mal es otro. Es el de un colonialismo atroz, hecho por el mundo occidental para sacar las entrañas de un pueblo a cambio de baratijas.

Después de aquella invasión y reparto del continente africano, en siglo XIX, le siguió la del capitalismo que fue, y es, lo mismo, pero de otra manera. El caso es que se les fastidia la vida a estas gentes, y a otras, de muy diversas formas. ¿O qué pasa co las minas del coltán, el agua, diamantes, petróleo, cobre, bauxita, oro, hiero, uranio,…? Se va allí, África, se les “saca” el producto en condiciones infrahumanas y nos “embolsamos” millones con esas materias primas a precio de ganga. A cambio ni infraestructuras ni ná. ¿Y si hablamos de la investigación de las farmacéuticas? Se investiga para enfermedades que son rentables, medicamentos que se va a vender mucho y muy bien, porque lo que interesa es la ganancia. ¿Se acuerdan de la epidemia que iba a haber de Gripe A? ¡Vaya negoción! Pero lo que nos dicen en los medios (o no lo dicen), es que aquellas enfermedades que no son propias del mundo occidental, como el dengue, la malaria, el ébola, fiebre amarilla,…, las que se dan en países subdesarrollados, esas, no se investigan y es que no son ganancias seguras y ¡cómo aquí no llegan! ¡Hasta que llegan! La avaricia está llegando hasta límites tan extremos que vamos a ser víctimas de nosotros mismos.

Ahora estalla la alarma, sobre todo desde que dos ciudadanos americanos se contagiaron de Ébola. Si la cosa hubiese quedado en sus países de origen… ¡Nada! Pero ahora mira como corre la vacuna de experimentación. Estamos en un siglo histórico, en el que tenemos las herramientas para hacer de la Tierra un lugar mejor, sin embargo vamos para atrás. Más sufrimiento, abusos, derroche, deshumanización, individualismo, etc. No sólo no hemos avanzado, sino que como humanos, hemos retrocedido. No somos mejores que el “hombre del Paleolítico”, somos igual, sólo que más sofisticados para hacer daño. No todo es malo, me dirá quien tenga el detalle de leerme, ¡Faltaría más! Entonces habríamos desaparecido ya. Y es el camino que llevamos es el de nuestra propia destrucción. ¡Alarma internacional! ¡Claro! ¡Pero sólo cuando nos vemos en peligro! La solidaridad sólo es una palabra. Habrá que pensar en invertir en África, promover allí trabajo y estabilidad, no pensar en robar sino más bien en negociar. Así no tendrán que salir de sus países, porque es muy raro que todos se quieran ir del lugar de sus raíces. Si esto sigue así, vamos muy, muy, muyyyyy MAL. Queda el dengue, la malaria,… más los virus de laboratorio. ¡Ah, y el fanatismo!

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