La mujer de Benejúzar que mató al violador de su hija no tendrá que dormir más en la cárcel

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María del Carmen García lleva una pulsera electrónica que la tiene controlada durante las siete horas de la noche

María del Carmen García, la mujer que quemó al violador de su hija en Benejúzar, no tendrá que dormir más en la cárcel. El pasado 20 de noviembre obtuvo el tercer grado penitenciario tras cumplir condena en la cárcel de Villena desde mayo de 2014. Aunque esta figura contempla que tendría que acudir a la cárcel de Fontcalent a pasar la noche, Instituciones Penitenciarias ha aprobado colocar una pulsera telemática para tenerla controlada y evitar que tenga que dormir en la prisión.

Así lo ha confirmado su abogado, Joaquín Galant, quien explica que mediante este sistema se la tendrá controlada durante las siete horas de la noche que debe permanecer en su domicilio.

María del Carmen García fue condenada en 2009 a nueve años de prisión. La mujer acabó con la vida de Antonio Cosme, el violador que abusó sexualmente de su hija cuando tenía 13 años.

Los hechos ocurrieron el 13 junio de 2005 cuando el hombre, que estaba en prisión pero en ese momento disfrutaba de un permiso penitenciario, se aproximó a la madre de su víctima cuando esta estaba en una parada de autobús de Benejúzar. La mujer se acercó hasta la gasolinera más cercana, llenó una botella de gasolina y posteriormente roció al hombre y le prendió fuego al arrojar una cerilla. El violador murió diez días después por quemaduras en todo el cuerpo.

En 2014 acabó entrando en prisión después que el Gobierno le denegara en dos ocasiones la petición de indulto. Antes, en 2005 ya había estado en prisión preventiva donde pasó un año.

María del Carmen García termina su condena en agosto de 2018 y hasta entonces tiene que presentarse en prisión dos veces al mes. Actualmente, está pendiente de resolverse la petición de indulto pedido por asociaciones, personas responsables de los sindicatos de UGT y CCOO y un departamento de la Universidad de Alicante.

Galant confía en que “si todo trascurre con normalidad, posiblemente para enero de oficio o a petición de parte se espera conseguir la libertad sin pulsera, en condena condicional”.

El abogado recuerda que de esta forma se pondrá fin a “veinte años de la vida de Mari Carmen robados por el violador de su hija de 13 años”. La mujer padece un trastorno adaptativo mixto crónico con motivo de la violación y de las circunstancias que rodearon a la agresión sexual. “Ahora quiere olvidar sus miedos y su estancia en prisión, rodeada de su marido, hijos y nietos”, explica Galant.

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