Los consejos escolares votarán sobre el idioma en el que impartirán las asignaturas

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Mano escribiendo

Por la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística

La Consejería de Educación de la Comunidad Valenciana ha propuesto, sólo a los colegios e institutos de las zonas castellanohablantes, la posibilidad de hacer un cambio en su Proyecto Língüístico de Centro (PLC)  para enseñar en español las asignaturas que la Ley de Plurilingüismo obligó a vehicular en valenciano. 

Los Consejos Escolares tienen que decidir entre:

  • OPCIÓN A: mantener el PLC actual.
  • OPCIÓN B: modificar el PLC para que todas o algunas de las materias no lingüísticas que actualmente deben impartirse obligatoriamente en valenciano puedan impartirse en castellano. En cualquier caso, los alumnos podrán seguir estudiando valenciano en la asignatura lingüística correspondiente.

Los centros de enseñanza tienen para responder hasta el 23 de febrero. Antes de esa fecha, los miembros del Consejo Escolar deben votar, oído el Claustro de profesores, y desde la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística os animamos a elegir la segunda opción.

La PDLL ha defendido desde el principio que el plurilingüísmo es un sistema inconveniente que no favorece la mejora en los idiomas previstos y perjudica el aprendizaje de las asignaturas elegidas como conejillo de indias. No mejoran en valenciano o inglés y rebaja los conocimientos en sociales, filosofía o biología. Es una decisión exclusivamente política, no educativa. La PDLL está en contra de utilizar ninguna asignatura como medio de enseñanza de otra lengua. 

En la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística siempre hemos estado en contra de la inmersión forzada en cualquier lengua.

Aplaudimos esta medida, parcial pero insuficiente, que ayudará a que los alumnos puedan estudiar en su lengua materna, como recomiendan todos los organismos internacionales y el sentido común.

Votar por la opción B, supone reconocer el derecho de los alumnos exentos en valenciano que garantiza el Estatuto.

Votar por la opción B es votar a favor de la inclusión, pues evita los problemas que su aplicación supone para los  estudiantes con dificultades de aprendizaje. Obligar a estudiar en una lengua desconocida es una dificultad añadida y va directamente contra la inclusión educativa. 

Votar por la opción B, supone apostar por la educación en lengua materna que es la óptima para que el alumno comprenda los contenidos, participe y se sienta acogido en clase.

Votar por la opción B, contribuye a que no “desconecte” mentalmente durante la clase y saque mejores notas. Los resultados PISA demuestran el fracaso de la inmersión obligatoria y del plurilingüísmo.

Votar por la opción B, por la educación en lengua materna, es esencial para que la familia pueda comunicarse bien con el centro educativo y pueda apoyar a su hijo con los estudios.

No habrá verdadera libertad lingüística hasta que todas las familias puedan marcar una casilla eligiendo la lengua de enseñanza para sus hijos. Votar la opción B es un avance el buen camino, insuficiente, pero necesario.

Denunciamos que esta modificación no deja a los padres elegir, sino que los cambios los decide el Consejo Escolar. Tampoco se permite enseñar en español las asignaturas que se obligaron a vehicular en inglés.    

El alcance de esta propuesta es limitado y debería ir más allá con la derogación auténtica de la Ley de Plurilingüismo.

Valoramos esta medida positivamente como una solución temporal.  Hay un gran contraste con la anterior consejería de Educación, que ni dio instrucciones por escrito ni respetó votación alguna.  

La libertad no se puede delegar, por eso la lengua de enseñanza se debe preguntar a las familias, no a los consejos escolares, porque es una decisión muy personal que se toma libremente en todos los países civilizados con varias lenguas oficiales, menos en el nuestro.

Hemos denunciado muchas veces que el único objetivo legítimo de la Ley de Plurilingüísmo es que forzar a los alumnos a cambiar la lengua en que se comunica. Un proyecto de ingenieria social.

Creemos firmemente que la exención del valenciano es un escudo frente a los objetivos totalitarios de los partidos nacionalistas, y que sólo perderá su sentido cuando todos los alumnos de la Comunidad Valenciana tengan una auténtica Libertad de Elección de Lengua. 

Todos sabemos cómo nos impusieron los Planes Lingüísticos, primero sin consulta en los colegios. Después en los institutos sin atender a la oposición de la gran mayoría de los Centros de las zonas castellanohablantes. Todos sabemos cuál fue el sentir de la ciudadanía en la gran manifestación de Orihuela del 18 de enero de 2020. Por esto es absurdo que los sindicatos amarillos y la AMPA amarilla del anterior gobierno nos intenten convencer de que no hagamos nada porque no hay ningún problema. Impusieron las cosas a su autoritario criterio, y ahora empieza a imponerse la libertad, con titubeos y resistencias. Y en ese camino sí nos van a encontrar.

Por esto, animamos a los Consejeros escolares a revertir la imposición, y a recuperar la enseñanza en español de todas las asignaturas que el anterior gobierno nos obligó a impartir en valenciano. 

Invitamos a los profesores, padres y alumnos a dar su opinión y a contactar con sus representantes. Esta es una oportunidad que no podemos perder. No será fácil en algunos institutos y colegios con directivas afines al nacionalismo lingüístico, pero hay que seguir luchando.  

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