Muro y Torrevieja empataron un partido sin dominador claro

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Escudo CD Torrevieja III

Si bien los locales tuvieron el balón durante más tiempo el conjunto torrevejense tuvo las mejores ocasiones

A los de Pedreño les está faltando la chispa que le permita completar alguna jugada, como hace semanas. Continúa la firmeza defensiva, con Matej y Martín supliendo a los lesionados Javi Selvas y Jorge, pero en ataque no acaba de llegar el momento lúcido para superar la portería rival.

El toma y daca de los minutos iniciales en su enfrentamiento en Alcoy frente al Muro, se resolvió en el medio campo. Tasio y Quintero dirigieron la pugna para poner en franquía a sus respectivos equipos. Pero el juego transcurría aún lejos de las áreas. Cerca de la media hora, una acción lanzada por el propio Quintero continuó con pase de Higón para Prieto, y éste, tras regatear a dos defensores, fue agarrado por otro en el área, lo justo para ser desequilibrado; la cuestión es que no cayó y trató de seguir, y entonces Franco se le echó encima y abortó la ocasión. Parecieron acusar el revés los salineros, que se las vieron y desearon para contener las avalanchas del Muro hasta el descanso. Los peores minutos para los salineros tuvieron su punto crítico en un envío de Arnáu para Raúl Sánchez, que tras recortar a Matej disparó obligando a Miguel Serna a repeler el disparo. Los amarillos tuvieron que despejar varios balones más colgados sobre su parcela.

A los cuarenta segundos de la reanudación, de nuevo Miguel Serna —sigue siendo providencial en lances determinantes— salvó los muebles para los suyos al rechazar otro remate de Raúl Sánchez, esta vez a centro de Allan desde la izquierda. Algunos minutos tardaría el Torrevieja en sacudirse esta presión y en empezar a intentar su juego. Pero los pasadores no encontraban el resquicio y, además, cuando el balón rompía la línea defensiva, el fuera de juego —seis en este periodo, hasta un total de ocho— anulaba las incursiones. El banderín arriba se atragantó para los salineros, en una serie de arrancadas con espacios libres, incapaces de encontrar su combinación idónea. Pudo llegar ésta tras una pared entre Lewis y Luis Carlos, pero el centro de éste al segundo palo no fue rematado, a puerta vacía, por Prieto, apenas dos metros detrás de la pelota que lamentablemente se perdía hacia el otro lado.

Como el cambiante tiempo, unos y otros habían tenido sus buenos y sus malos momentos. Al final empate sin goles. 

 

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