Una etapa de impulso para Orihuela

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Carolina Gracia Gómez, alcaldesa de Orihuela

El 2022 ha sido un año intenso. También para Orihuela. Una etapa que a nivel global se ha visto claramente determinada por la postpandemia y las consecuencias socioeconómicas de la invasión de Ucrania por Rusia. También una época en la que, al contrario que en crisis anteriores, los esfuerzos de los gobiernos han ido encaminados a proteger el bienestar social y evitar el colapso de la economía. Esa ha sido la política del Gobierno de España y la Generalitat Valenciana.

En el caso de Orihuela, esta etapa ha coincidido con el cambio de gobierno propiciado el pasado mes de abril y que conllevó mi acceso a la alcaldía. Un cambio que ha supuesto un claro impulso a la gestión municipal, que se ha demostrado necesario y que ha requerido un trabajo intenso, no sin obstáculos, que hemos afrontado con responsabilidad e ilusión.

Este nuevo equipo de gobierno nació marcándose tres objetivos claros. Por una parte, recuperar la gobernabilidad, pasando de un gobierno roto e incapaz de gobernar unido, a un equipo de trabajo que coopera en la gestión y que dialoga dentro de sus lógicas diferencias.

Por otro lado, hemos conformado un gobierno enfocado al desbloqueo de la gestión, a la puesta de orden y sensatez, dando respuesta a cuestiones paradas o ralentizadas, y sin visos, dado el clima de enfrentamiento propiciado por el Partido Popular en el anterior equipo de gobierno, de solución. Todo lo contrario.

El tercero de los objetivos era el de normalizar las relaciones con la Generalitat Valenciana, superando la constante negatividad y caminar un escenario de necesaria cooperación. Orihuela necesitaba enderezar las deterioradas relaciones con el Consell a causa de los intereses partidistas del Partido Popular oriolano, un partido que se dedicó a dar portazos constantes a las iniciativas autonómicas. Desde el nuevo equipo de gobierno decidimos cambiar la mirada y abrir las puertas  a la cooperación. Dijimos al gobierno de Ximo Puig ¿en qué podemos trabajar juntos? Y nos pusimos manos a la obra.

El resultado ha sido muy bueno: hemos trabajado conjuntamente en la respuesta a los problemas del Centro Ocupacional y Residencia Oriol con la adquisición del Asilo por parte del Consell por valor de 4 millones euros; se ha comprado por parte del Consell el Palacio del Marqués de Rafal recuperando patrimonio; se ha dado un fuerte impulso a la ampliación del Hospital del Vega Baja y al compromiso para la ampliación del Centro de Salud de Orihuela Costa. Sin duda, la Generalitat ha reforzado la capitalidad de Orihuela y nuestro protagonismo en el plano provincial y autonómico es mayor. Y para ello, era fundamental cooperar en lugar de poner zancadillas.

Nos propusimos recuperar el sentido común en la gobernabilidad de Orihuela a partir de tres principios básicos: la confianza mutua, el respeto y el equilibrio. Confianza en quienes, desde la diferencia, se comprometen a trabajar juntos. Respeto a las diferentes ideas y visiones en el seno del equipo de gobierno y de la propia corporación. Y, por supuesto, el equilibrio en las áreas de gestión y lo roles de gobernanza.

Y aquí puedo decir que, aun con las lógicas aristas que el día a día provoca, la coordinación ha sido más que aceptable. Hemos actuado con inteligencia y con responsabilidad, teniendo como prioridad que las diferencias no afecten a la gobernabilidad ni a la gestión de proyectos esenciales para los ciudadanos y ciudadanas. De este modo, hemos sido capaces de cooperar para comenzar a dar respuestas a problemas crónicos de la gestión de los últimos años, como por ejemplo, el personal de la plantilla de limpieza, o el mantenimiento de los colegios. Cuestiones en las que la cooperación entre concejalías de los dos grupos municipales ha sido fundamental para avanzar.

Este nuevo equipo de gobierno se encontró importantes hándicaps como por ejemplo la proliferación de contratos caducados de diferentes servicios, o directamente carentes de ellos. Ello obligaba al ayuntamiento a recurrir a atajos y a fórmulas a todas luces irregulares; sirva como ejemplo el contrato con ASOKA, el del alquiler del edificio de la CAM,  o el del servicio de comedor del Centro Oriol. También nos encontramos con desequilibrios financieros en empresas municipales como en Uryula Histórica y que afectaban a necesidades de la guardería de La Murada o del Centro de Atención Temprana.

Así, en este tiempo hemos tenido que trabajar muy intensamente para poner en marcha servicios como la zona azul o el Servicio Municipal de Salud Mental -SASEM-. También, entre otras muchas iniciativas, dar impulso a proyectos como los antiguos juzgados, el Palacio de Rubalcaba, la Caja de Nuestra Señora de Monserrate o actuaciones en instalaciones deportivas. O como he dicho, el de la Residencia y Centro ocupacional Oriol, ahora sí, yendo de la mano el Ayuntamiento, la Generalitat y el AMPA.También por poner otros ejemplos, hemos conseguido que por primera vez después de dos años de la puesta en marcha en otros municipios, Orihuela cuente en apenas dos meses con dos bonos consumo en cooperación con la Diputación, el último con motivo de las fiestas navideñas, ahora mismo en marcha. Insisto, estos son solo algunos ejemplos que están beneficiando directamente a los oriolanos y oriolanas.

Permite que me detenga en una cuestión clave, el servicio de limpieza y residuos sólidos urbanos. Orihuela tenía un problema serio en este aspecto: desde 2012 se han ido reduciendo los trabajadores del servicio. La política del Partido Popular consistía en parchear hasta que el servicio explotó. Es un secreto a gritos que el PP quería desmantelar el servicio público de limpieza. ¿Qué explicación tiene que en 2012 hubiera 135 trabajadores y que cuando llegué a la alcaldía en 2022 sólo contáramos con 103? ¿Cuál es el motivo si no es el de generar una opinión ciudadana negativa a la gestión pública de la limpieza?

¿Qué hemos hecho? Pues darle una solución definitiva para que la plantilla, al menos, recupere 32 trabajadores que desde 2012 se habían perdido y ampliar a 34 más en temporada alta. En resumen, pasar de 103 a casi los 170 con los que la ciudad contará en temporada alta.

Lo mismo ocurre en materia de mantenimiento de colegios, otra asignatura pendiente. Aquí hemos actuado en dos vías: por una parte, trabajar en un plan de choque para dar respuesta a los problemas de mantenimiento de muchos colegios. Por otro lado, de cara al futuro, comenzar a trabajar en algo que hasta la fecha no había existido en la ciudad de Orihuela por mucho que nos sorprenda, como es el de contar por primera vez en la historia con un contrato de mantenimiento que atienda de manera regular y regulada las necesidades educativas de adecuación de los centros escolares. Esto es un trabajo a largo plazo, pero había que empezar y así lo hemos hecho. Puede que no sean actuaciones visibles, pero si son decisiones fundamentales para el día a día de quienes viven, estudian y trabajan en Orihuela.

Es importante destacar el trabajo que se ha realizado con la ampliación de plazas de policía, con las actuaciones para la adecuación de parques, plazas y calles tanto en las pedanías, en la costa como en la ciudad. También hemos impulsado la regulación de los mercadillos y los mercados, la renovación de zonas infantiles, la ampliación de rutas turísticas, y la implementación de ayudas para la lucha contra la violencia de género o la puesta en marcha de proyectos pioneros en servicios sociales, así como nuevas actividades para mayores.

Estamos avanzando, la ciudad va hacia delante, pero evidentemente queremos seguir mejorando, para llegar a un escenario ideal donde todos nos sintamos a gusto con los servicios y con las oportunidades que Orihuela es capaz de crear. Esto es un trabajo constante y va a requerir de una visión estratégica de la que Orihuela sorprendentemente carece.

Soy consciente tanto del tiempo que teníamos por delante desde que accedí a la alcaldía hasta las elecciones municipales, un año. También del momento socioeconómico heredado de la postpandemia, la crisis de inflación y el precio de la energía y que, por ejemplo, ha obligado a utilizar remanentes municipales para el pago del coste energético de la ciudad que ha, incluso, triplicado el de años anteriores.

No obstante, observamos más actividad social y económica en el municipio. De hecho, este mes de noviembre pasado, Orihuela lideró la creación de empleo en la comarca. Y queremos que continúe esa senda.

Para eso, evidentemente, necesitamos contar con unos presupuestos después de cuatro años en los que la ciudad ha tenido que prorrogarlos. No voy a negar que este era uno de nuestros principales objetivos, y lo sigue siendo. Y con la llegada de este nuevo año nuestro compromiso es el de estar a la altura de las circunstancias y presentar un nuevo presupuesto para el año que entra. Espero que toda la corporación en su conjunto estemos a la altura también de las circunstancias y consigamos aprobarlo. Vamos a hacer lo posible para que así sea. Una nueva etapa que incorpore medidas fiscales para aliviar la situación complicada de muchas familias y potenciar la actividad económica, que refuerce el escudo social y que mejore las condiciones de los barrios, las pedanías y nuestra costa.

Que nadie dude que queremos seguir impulsando esta etapa de impulso para Orihuela y que este 2023 sea, para los vecinos y vecinas de Orihuela, un tiempo de mejor convivencia y oportunidades.

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