Cosas de tonto

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David Costa
Portavoz adjunto del PP de Orihuela
 

Me resulta especialmente difícil escribir estas palabras cuando el motivo de las mismas es defenderme, una vez más, de las infamias que el Sr. Zapata arroja hacia mi persona. Créanme que no hay cosa más difícil que defenderse de algo que es mentira.

Les pongo en antecedentes, hace pocas fechas el Sr. Zapata vertía sobre mi persona unas absurdas manifestaciones en relación a posibles condonaciones del canon de costas a la adjudicataria de los servicios de temporada en el término municipal de Orihuela, lo que popularmente conocemos como chiringuitos.

Cuando uno lee lo escrito no puede hacerse más que una serie de preguntas. ¿Por qué el Sr. Zapata da por prescritas dos anualidades que realmente no lo están?. No creo que el Sr. Zapata argumente la existencia de informes del Tesorero Municipal, cuando en otras ocasiones no ha tenido empacho en solicitar informes externos para contrarrestar informes municipales, léase moción de censura. ¿Sabe este accidente de Alcalde que las obligaciones de este contrato se pueden exigir a la finalización del mismo? ¿por qué no exige el pago del canon cuando aun está dentro del tiempo que marca la ley para hacerlo? ¿Sabe el Alcalde por casualidad que los Sres. Mayoral y Houliston prorrogaron dicho contrato sin hacer referencia alguna a irregularidades en el desarrollo del mismo?. A lo mejor no le conviene entrar en esta cuestión porque a ellos les debe seguir en el sillón de la Alcaldía. ¿Sabe el Sr. Zapata que quien firma estas líneas no era concejal de contratación en el año 2006?. Ante estas preguntas uno sólo puede tener dos respuestas. La primera es que realmente no lo sepa, si es así, el Sr. Zapata a este respecto ha demostrado «tener poco entendimiento o escasez de razón» sobre el asunto en cuestión, ha demostrado ser lo que la Real Academia de la Lengua define como tonto, en lo que a este asunto concierne. La segunda de las opciones es que sí lo sepa y a conciencia esté haciendo estas manifestaciones, aplicando el manido discurso de esta desgracia de gobierno municipal que sufrimos los oriolanos de que tu siembra dudas, que siempre quedará algo. Y eso sí que es triste.

Que no se me ofenda nadie pero el diccionario tiene estas cosas. Imagino que en el momento en el que el Sr. Zapata lea estas líneas pondrá a alguno de sus lacayos a contestar, esos que cobran 20.000 o 35.000 del euros al año del dinero de todos, por llevar al grupo municipal popular al juzgado o esos que están aquí para que «Mónica Lorente no vuelva a ser alcaldesa» como hace ya algunas fechas se vanagloriaba uno de ellos. Imagino que le redactarán un artículo diciendo que prefiere pasar por una persona con falta o escasez absoluta de entendimiento o razón, es decir, tonto, a estar imputado por «gravísimos delitos» como ellos dirían. Esa batalla, la de las imputaciones, la ganaré dentro de mucho tiempo en un juzgado. Para entonces es posible que ninguna de las personas que hoy conformamos la corporación siga en la misma. Es más que seguro que ninguno de esos que han utilizado la Justicia para ganar lo que no ganaron en las urnas tengan la gallardía de pedir disculpas por el daño político y, el más importante, el daño personal causado a los políticos y funcionarios que nos hemos visto en esa desagradable situación.

El Sr. Zapata, intentará exhibir su carnet de honrado, ese que les autoriza a intentar pagar con dinero de todos nosotros informes externos que, de momento, le permiten ocupar de forma irregular la alcaldía de este municipio. Este es un ejemplo de su honradez. Tres años y cinco meses después, el Sr. Zapata quiere seguir viviendo del Partido Popular de Orihuela. El Sr. Zapata ha perdido una magnífica oportunidad para demostrar que podía gobernar, se ha encontrado de rebote con una alcaldía accidental que no ha utilizado para mejorar la vida de su pueblo sino para intentar eliminar política y personalmente a los miembros del grupo municipal popular que molestamos. Yo le pediría al Sr. Zapata que muestre más entendimiento sobre lo que lleva entre manos que no es ni más ni menos que el destino de esta ciudad, de lo contrario me obligaría a pensar, otra vez, que este chico solo tiene cosas de tonto.

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