Electrodomésticos inteligentes

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¿Nos espían los dispositivos inteligentes? Cada vez más aparatos se conectan a la red, y esta es una tendencia que conlleva importantes implicaciones en seguridad y privacidad

El Internet de las Cosas (Internet of Things en inglés) es una realidad cada vez más presente en nuestras vidas: electrodomésticos u objetos electrónicos que se comunican entre sí de forma independiente sin que medie ninguna orden previa de una persona.

Aunque suene a argumento de película de ciencia ficción, estamos hablando de una realidad con innumerables posibilidades si se aplica a electrodomésticos como neveras, lavadoras, aspiradoras o sistemas de seguridad, pero no está exenta de ciertos riesgos que es prioritario proteger y asegurar por parte de los fabricantes.

Casi cualquier persona tiene en casa actualmente una conexión a la red mediante WiFi, también usa dispositivos inteligentes tales como smartphones, tablets, pulseras de actividad, cámaras de vigilancia, sensores de movimiento, etc…

Aprovechando esta circunstancia, muchos fabricantes se animan a lanzar productos innovadores compatibles con nuestros dispositivos portátiles: bombillas que se activan solas o cambian de color a nuestro gusto, equipos de música controlables por el teléfono, televisores totalmente interactivos, incluso otros no esperados.

Los electrodomésticos tradicionales, así como persianas o enchufes, son algunos de los objetos que han comenzado a «colaborar» con nosotros gracias a la implementación de sistemas informáticos que los hacen inteligentes.

Ahora es más fácil que nunca programar un lavado, ya que nuestra lavadora pesará la ropa por nosotros y escogerá el programa recomendado, además, será capaz de comunicarse automáticamente con el servicio técnico si necesita una reparación.

Las neveras u hornos, por ejemplo, también cuentan con sistemas que permiten enfriar sus estantes de forma controlada en función de los alimentos que contienen, todo de forma automática, e incluso comunicarse con nosotros mediante chat para indicarnos que un alimento está cocinado en su punto.

El uso de enchufes inteligentes permite que, mediante una conexión WiFi y una serie de comandos lanzados desde nuestro smartphone, los aparatos conectados a ellos respondan automáticamente a nuestra llegada a casa o a cualquier otra necesidad imaginable.

Eso sí, hacernos con un aparato inteligente para nuestro hogar es de gran utilidad, pero puede conllevar ciertos riesgos que los expertos se afanan en reducir o investigar antes de que, en un posible escenario real futuro, el descontrol de las capacidades de estos aparatos inteligentes y autónomos perjudique a nuestra privacidad.

Los dispositivos inteligentes podrán conectarse a la red siempre que quieran, y para ello usarán una dirección de red propia. Además, en un futuro, es más que probable que todos los electrodomésticos inteligentes puedan interconectarse entre sí.

Si un dispositivo esencial, con datos importantes o privados, sobre todo en una empresa, fuese hackeado por un atacante externo, este podría controlar tanto el dispositivo que hackea, como otros que se interconecten con él, además de poder modificar sus funciones originales. Esto representa un posible peligro real.

Todo esto puede comprometer datos personales, como decimos, pero también infraestructuras, suministros de agua, electricidad, alimentos, así como directamente a la propiedad privada de cualquier particular.

Este problema es una de las preocupaciones de los fabricantes, y la lenta expansión de este tipo de tecnologías tiene que ver mucho con la constante investigación y mejora de todo lo que rodea al tema.

Esta situación forzará la creación de métodos elaborados de protección integrados frente ataques, por lo que es un aspecto realmente positivo de cara al usuario, el problema es que, una protección informática, al estar desarrollada por personas, es susceptible de tener fallos (nadie es perfecto, aunque hagamos el mayor de los esfuerzos).

Como la amenaza siempre estará vigente, la solución a largo plazo para cualquier fabricante, empresa o usuario que haga uso de estos dispositivos puede ser la más lógica: cifrar los datos, crear usuarios individuales, usar sistemas de supervisión de las conexiones a la red (firewalls). Básicamente lo que hacemos ahora mismo al usar nuestros smartphones u ordenadores.

El futuro en este campo pinta difícil para sus creadores, pero también interesante y cómodo para los usuarios a medida que avanza el desarrollo. Gracias a la constante evolución de este tipo de tecnologías quizás dejar que nuestra cocina se gestione automáticamente bajo cierta supervisión sea algo común en unos años.

Pero, ¿Nos espían los dispositivos inteligentes? Cada vez más aparatos se conectan a la red, y esta es una tendencia que conlleva importantes implicaciones en seguridad y privacidad como decíamos anteriormente.

Los televisores inteligentes o Smart TV son, dentro de esta tendencia, uno de los dispositivos que más están creciendo.

Según recoge The Hacker News,  los Smart TV de Samsung, sí. Tanto, que nos están espiando. Los televisores inteligentes son capaces de recolectar y transmitir nuestros datos. En concreto, los Smart TV de Samsung usan tecnología de reconocimiento de voz para permitir los comandos de voz. Pero la política de privacidad definida por la compañía establece que si dices palabras que incluyan información personal o sensible, esa información será capturada por terceros.

En otras palabras, la característica de reconocimiento de voz  Samsung siempre te está escuchando (A no ser que la desactives).

La compañía apunta que el reconocimiento de voz puede ser desactivado por el usuario. Pero aunque se desactive, Samsung todavía puede recoger suficientes datos sobre él. Desde la compañía han manifestado que se toman la privacidad de sus consumidores muy en serio. “En todas nuestras Smart TV empleamos prácticas de seguridad standard de la industria, incluyendo encriptación, para asegurar la privacidad de los datos de los consumidores y prevenir usos no autorizados de ellos.”

En cualquier caso, esta no es la primera vez que una Smart TV de Samsung u otro dispositivo del Internet de las Cosas ha activado las alarmas entre los expertos en privacidad. Según recoge el mismo diario The Hacker News, en diciembre de 2012 investigadores de seguridad descubrieron una vulnerabilidad en Smart TV de Samsung que permitían a los atacantes introducirse y tomar control de los dispositivos que estaban conectados a esa misma red.

En noviembre de 2013, se descubría que los televisores inteligentes de LG enviaban información personal de vuelta a los servidores de la compañía sobre los canales que veía el usuario.  En julio de 2013, otra vulnerabilidad permitió a los atacantes acceder a estos dispositivos de Samsung sin mucho esfuerzo. Pero no todo se reduce a los televisores inteligentes, en enero de 2014, más de 100.000 neveras y otros dispositivos domésticos conectados a Internet fueron hackeados para realizar un ciberataque masivo.

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