Los Azotes y el Cristo de Zalamea cierran el Domingo de Ramos

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El trono de María Santísima del Consuelo estrenó nueva candelería y una marcha procesional

La Cofradía de la Flagelación, más conocida como Los Azotes, y la Hermandad del Cristo de Zalamea pusieron el broche a una larga jornada de Domingo de Ramos que comenzó muy pronto con la bendición de las Palmas y continúo por la tarde con la procesión de las Mantillas. La noche dio paso a los primeros nazarenos de la Semana Santa de la mano de Los Azotes, vestidos con túnica y capirote rojo bajo una capa de color morado.

Los nazarenos acompañaron a las dos tallas de la cofradía; La Flagelación, que le da nombre, obra de Galarza y la Coronación de Espinas de Manuel Ribera, ambas sobre trono de plata de Orrico. La Banda de Cornetas y Tambores La Flagelación de Guardamar acompañó un año más a Los Azotes con una interpretación magistral que arrancó los aplausos de los asistentes en distintos puntos del itinerario.
La Hermandad del Cristo de Zalamea cerró la procesión con su característica austeridad y sobriedad. Los nazarenos de túnica blanca y capa y capirote negro partieron desde su sede en el Convento de San Juan para incorporarse al itinerario oficial a la altura del Paseo Calvo Sotelo.

La primera de las imagenes en salir fue María Santísima del Consuelo, portada a hombros por mujeres desde hace diez años. Su trono estrenó nueva candelería para potenciar más la talla de la virgen. Como novedad para este paso, la Hermandad también estrenó una marcha en honor de esta Virgen compuesta por Antonio Bailén.

Cerró la procesión el Santísimo Cristo de Zalamea, atribuida a Fray Nicolás De Bussy. Ambas tallas acompañadas por la música del toque de tambores de la Hermandad del Cristo de Zalamea (anónimo) y Plegaria al Cristo de Zalamea (Francisco Grau).

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