4 días a la intemperie para acceder a un número de cita en el Registro Civil de Torrevieja

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Juzgados

20 personas hacen cola desde el sábado a la puerta de los juzgados para acceder a uno de los 10 números diarios, que dos veces por semana, se entregan en el Registro Civil para presentar expedientes de nacionalidad

Con sillas, colchones, alguna manta por si la cosa se pone fea y el tiempo refresca, y mucha pero mucha paciencia. Así afrontan el tiempo de espera las 20 personas que desde el sábado por la noche esperan a las puertas de los juzgados de Torrevieja para poder acceder a uno de los 10 números que les permitirán presentar su expediente de nacionalidad, una cuestión nada baladí para los inmigrantes, que en algunos tras casos haber cumplido los 10 años necesarios de residencia legal en España, quieren adoptar la nacionalidad de su país de acogida, y de alguna manera ser ciudadanos de primera, y no tener que pasar regularmente por el calvario de la renovación de la tarjeta de residencia.

Juzgados 2Las historias de todas y todos los que están en la cola son distintas, algunos como los inmigrantes procedentes de Latinoamérica tan sólo necesitan dos años de residencia legal para poder comenzar su trámite de nacionalización española. Trámite que no se sabe demasiado bien porqué tarda lo que tarda, desde dos años como mínimo hasta no se sabe muy bien cuanto tiempo, aunque por los datos a los que ha podido acceder esta redacción en algunos casos se demora más allá de los seis años de espera sin ningún tipo de resolución. Otros como es el caso de las personas procedentes de Marruecos o del Norte de Europa necesitan diez años de residencia legal, con todo lo que esto conlleva, para poder comenzar su nacionalización. 

En estas condiciones, familias enteras esperan para poder ser, de una vez y para siempre, Españoles; así hombres, mujeres, niños y hasta  madres con bebés de pecho aguardan pacientemente a la puerta de un juzgado a que la administración cumpla con su obligación de atención al ciudadano, una atención a la que la falta de presupuesto y de medios humanos y materiales ha convertido, más en un milagro, que en un derecho de los contribuyentes.

Pero la espera no trata de adelantar en unos pocos días un trámite de por si largo, engorroso y oneroso. Las prisas de los que allí “acampan” a la espera de un número se debe a que el 15 es el último día que se atiende sin cita previa por internet, cita que a día de hoy comentan algunas de las personas a las que esta redacción ha tenido acceso se puede retrasar hasta octubre del 2014, lo que haría que toda la documentación que adjuntan los extranjeros quedase obsoleta, ya que muchos de los documentos que se solicitan son válidos tan sólo por tres meses y en muchos casos su expedición no es nada barata, como es el caso del certificado de antecedentes penales en el país de origen, trámite que se realiza a través de los consulados.

La situación que se vive hoy por hoy en el Registro Civil de Torrevieja no es nueva, esto es el resultado de años de trabajar con menos funcionarios de los necesarios para atender a una población de más de 100.000 habitantes y que cuenta tan sólo con dos funcionarios para atender todos los trámites del Registro Civil,  por lo que el atasco burocrático va tomando proporciones dantescas.

Según han explicado a esta redacción fuentes cercanas al Decanato, la competencia y responsabilidad de dotar a los Registros Civiles y a los Juzgados de recursos materiales y personales es de la Consellería, que desde hace años no destina a Torrevieja los dos funcionarios que quitó del registro civil sin volver a cubrir esas plazas en ningún momento.

Algunas voces críticas con la Conselleria, consideran que este es uno más de los movimientos del gobierno autonómico para tener una excusa para “externalizar”  el registro civil y de alguna forma privatizar la gestión de los registros públicos.

Mientras tanto, una ciudad de 107.000 habitantes, donde más de la mitad son extranjeros sólo cuenta con 20 citas semanales para atender a todos los posibles expedientes de nacionalidad, los ciudadanos hacen cola a la intemperie a la puerta del juzgado para coger cita dejando a los transeúntes una  imagen más propia del tercer mundo que  de una ciudad  europea.

 

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