El Comandante del Airbus 400M del Ala 31 que trajo 14 toneladas de material sanitario de China para combatir el Coronavirus es de Rojales

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Foto del Ejército del Aire

Manuel Navarro es uno de los pilotos que voló a China, en un viaje de 38 horas, para recoger el necesario material sanitario para luchar contra el COVID-19

Manuel Navarro es el Comandante del Airbus 400M del Ala 31 que realizó un vuelo de 38 horas a China y que entre otras cosas trajo un millón de test rápidos para detectar el coronavirus. Navarro es vecino de Rojales, lo que ha supuesto una satisfacción para este Ayuntamiento, que ha expresado su gratitud públicamente.

Este militar del Ejército del Aire, que aterrizó el pasado lunes por la tarde, de su intensa travesía, en la base aérea de Torrejón de Ardoz, contaba su lucha contra el COVID – 19 en una narración llamada «Toneladas de responsabilidad», con los detalles más humanos del trascendental vuelo en que recogieron 14 toneladas de material sanitario de todo tipo.

«Una misión pero no cualquiera. Solo cuando dio por terminado su servicio después de 38 horas de vuelo entre Zaragoza y Shanghái, el comandante Manuel Navarro Mora fue consciente de la dimensión de su trabajo y del de sus hombres. Habían estado desconectados de la actualidad y las noticias, centrados en un vuelo que en España se había convertido en pura épica» relatan desde las redes sociales del Ejército del Aire.

Este viaje se ha convertido en «ejemplo del esfuerzo titánico de la lucha que se mantiene contra el COVID-19. Detrás del exitoso y trabajado vuelo y de la capacidad incomparable de esta aeronave para la carga ha estado el esfuerzo de muchas personas. El comandante Manuel Navarro es sólo la cara más visible de este esfuerzo» señalan.

“Fue al volver cuando vimos la repercusión que había tenido nuestro trabajo. Estábamos sin internet en los móviles y ajenos a todo eso”, comenta el comandante Navarro con 38 horas de vuelo y 60 de operaciones a sus espaldas. Frente a ellas, cuatro pilotos y cuatro tripulantes para turnarse en una ida y vuelta que era todo una contrarreloj. «Misión cumplida. Al llegar a casa solo pensaba en abrazar a mi familia, una buena ducha y llamar a mis padres”, declaró el comandante.

El comandante Manuel Navarro Mora, de 38 años de edad, es natural de Rojales y lleva 16 años sumando en el cielo más de 3.000 horas de vuelo. Está casado y tiene una niña de cuatro años, “la princesa de mi casa”, no duda en reconocerlo. Se hizo piloto “porque mirar al cielo era lo que me emocionaba de niño”. Y desde entonces la adrenalina y el servicio han marcado su vida. “Estas misiones son las que le dan sentido a nuestro trabajo. Aunque suene a historia de abuelo cebolleta, entre las misiones que más me han tocado el interior está la que me llevó a Seychelles para repatriar a la tripulación del barco Playa de Bakio en 2008. Traer esos marineros para que se reencontrasen con sus familias fue realmente emocionante”, describe en esta publicación del Ejército del Aire.

Según explican, en este vuelo todo ha sido un reto, pero el comandante Navarro no duda en reconocer la colaboración que encuentra en estas situaciones. “Fue excelente. Desde que llegamos un número importante de personal chino estuvo apoyándonos para la descarga de plataformas, confección de pallets y carga de los mismos. Lo más divertido fue ver cómo nuestros supervisores de carga se hacían entender con señas, alguna no muy estándar, para que el personal de tierra hiciese la carga con la máxima precaución posible”.

“Estábamos inmersos en misiones rutinarias importantes y se han sumado todas las operaciones relativas al COVID-19. Todo ello cumpliendo con las directrices relativas a la presencia, exclusivamente, del personal indispensable en el Ala 31… Mucho planeamiento, muchos cambios, todo muy importante con el personal imprescindible en las oficinas”. Y luego hay que sumar el momento de volar. “Intentamos cumplir los protocolos en la medida de lo posible, protegiéndonos y desinfectando las zonas comunes pero, sobre todo, hemos intentado cumplir el aislamiento en un modo estricto para no poner en peligro al resto de tripulantes. De todos modos y, aunque el A400M sea un avión espacioso, sigue siendo un lugar cerrado que compartes con compañeros durante 40, 50 ó 60 horas”. Para el comandante Navarro hay una premisa fundamental: “analizar los datos de los que disponemos durante la misión para sentir que la cosa está siempre bajo control”.

Y como explican desde este artículo del ejército: El servicio sigue. Apenas unas horas de descanso y en seguida a volver a volar. No ha tenido tiempo de disfrutar de su plato favorito, arroz con conejo, pero el que hace su madre. Ahora no hay golf ni pádel, dos de sus pasiones, “y también disfrutar de una buena caña con los amigos arreglando el mundo” recalca. Su recompensa hoy es disfrutar del hogar con su mujer y su hija, confiando en los españoles. Como dirían en el cole de mi peque, los españoles somos fistonudos, sin duda saldremos de esta situación fortalecidos y habiendo aprendido mucho sobre nosotros mismos y sobre la sociedad a la que pertenecemos, que sin duda es impresionante”.

Desde el Ayuntamiento de Rojales siguen los pasos de este vecino por el que ahora más que nunca sienten un gran orgullo.

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