Ars Creatio da una pausa al final del invierno con Poesía y danza

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El recital contó con la colaboración habitual de Mery Dance Academy

Como suele suceder en las proximidades de cada equinoccio de primavera, para celebrar el Día Mundial de la Poesía (21 de marzo), la Asociación Cultural Ars Creatio, con la entidad colaboradora Mery Dance Academy, invitaron a los asistentes a tomarse una hora de reposo, de paz y meditación, dedicada a la poesía y la danza, y también a la fotografía y la música, una conjunción de artes dirigida, en sus respectivas vertientes, por José Miguel Toro y María del Ángel Martínez. El recital dio comienzo, anoche, a las ocho de la noche, en un Centro Cultural Virgen del Carmen con su aforo cubierto, y contó con la asistencia de los concejales José Antonio Quesada y Bárbara Soler.

Presentó el acto la presidenta de Ars Creatio, Josefina Nieto, que citó al escritor y filósofo francés Paul Valéry (1871-1945), en referencia a su defensa de la poesía como un estado de ánimo, una emoción que crea pensamientos, más allá de las palabras. La primavera, el flamenco y la guitarra fueron los protagonistas principales de este recital, en el que tampoco faltaron el piano ni la orquesta, o un breve viaje a tierras hermanas de Hispanoamérica.

La afición y el conocimiento de José Miguel Toro se desplegaron de nuevo en una selección con adecuadas elecciones de voces y armonías audiovisuales. Pocas veces habrán coincidido, en una misma velada, obras de, entre otros, Federico García Lorca y José María Hinojosa, dos poetas asesinados, con apenas cuatro días de diferencia, por cada bando enemigo. Tres generaciones de actuantes, entre recitadores y bailarinas, completaron un programa que recordó al público algunos versos y le acercó a otros por primera vez, con los matices que sólo la interpretación es capaz de proporcionar. Después de las tres coreografías de las alumnas, cerró el acto la maestra, María del Ángel, con la energía y el gozo que transmitían su semblante y cada movimiento sobre el escenario.

Josefina Nieto entregó el logo salado de la asociación a José Miguel Toro, ante la sorpresa de éste (el valor de la discreción, cuando se precisa). Se premiaba así merecidamente su trabajo en la dirección de los recitales de poesía y otros aspectos de su trayectoria cultural. De esta manera retornaba a sus manos uno de los objetos que él mismo había ayudado a elaborar, como los que ya adornan las vitrinas de muchos amigos de Ars Creatio.

Alboreando otra primavera, la poesía y la danza volvieron a suavizar unos tiempos frenéticos. La asociación cumplió su compromiso con el público y con la cultura pese a los imponderables y las contrariedades. Fue confirmada así la tesis de Paul Valéry: la poesía es un estado de ánimo, cuya fuerza ayudó a superar derroteros adversos. Y también se demostró la importancia del aporte de cada miembro de un equipo unido, tanto sobre las tablas como fuera de ellas. Por eso hubo, en realidad, más de once recitadores; y por eso todos recibieron el mismo aplauso.

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