Anatomía de la melancolía: En espacio y tiempo

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Por Mateo Marco Amorós

Imagen de Joaquín Marín

Publicado en Loto Azul, Alejandro Lorente nos ofrece un nuevo poemario. Titulado En espacio y tiempo, la contraportada lo reclama como «homenaje al humanismo y a la humanidad. Un canto a la concordia». De hecho está dedicado a Tomás Moro y Luis Vives. Dedicatoria que aplaudimos echando de menos, por propia predilección, a Erasmo de Róterdam; al que traemos aquí porque unas referencias geográficas, en tres de los títulos de los cuatro apartados del libro, nos han recordado una experiencia viajera exquisita, inolvidable. Me refiero a la visita a la casa de Erasmo en Anderlecht, donde el humanista vivió cinco meses bajo la hospitalidad del canónigo Peter Wijchmans. Viajando a Bruselas no dejen de visitar esa casa-museo. Pero no pretendíamos hablar de nuestros viajes, sino del libro de Alejandro Lorente.

El poemario se estructura en cuatro partes: Nacimiento, Vida, Muerte y Regeneración. Asociadas indistintamente a espacios concretos: Valencia, Inglaterra, Bélgica, Brujas y Londres. Cuatro partes, con veinticinco breves poemas cada una, suman cien poesías. Versos, la mayoría encabalgados, que nacen de una querida  y requerida necesidad de escribir. El libro huele a sándalo. Esther Ayuso, autora del prólogo, levanta alguna liebre a los que no estamos puestos en orientalismos explicándonos que el esquema cuatripartito que propone Lorente responde al ciclo eterno Sa Ta Na Ma y que los versos son fruto de una experiencia meditativa.

Experiencia que resulta fructífera. Son versos amables, destilan sosiego. Incluso los del apartado «Muerte». Aquí, determinado por nuestros prejuicios, uno espera encontrarse con versos tristes. No será así. Los versos de «Muerte» son propiciatorios para la «Regeneración». Son como la necesidad de que muera el gusano para convertirse en mariposa ponedora. Así, la muerte resulta otra experiencia que enmudeciéndonos nos muda. Si para volver a ser, ser mejores. Si para no ser, liberarnos y ser en otros, como escribe Lorente: «No, no termina / nada, vives / en otros, en / libros, en el / recuerdo libre / de los seres».

Antes, durante y después de «Muerte» Lorente reivindica de continuo el diálogo, la necesidad de comprender al otro, la tolerancia… Valores ecuménicos del Humanismo en… En espacio y tiempo.

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