Varón, adolescente y adultos jóvenes, perfil del paciente afectado por el Síndrome de Hikikomori o

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Este síndrome es un trastorno psicológico en el que las personas afectadas tienden a evitar el contacto social de todo tipo sustituyendo en muchos casos, las relaciones sociales en persona por relaciones virtuales

El síndrome de Hikikomori o aislamiento social es un trastorno psicológico en el que las personas afectadas tienden a recluirse en su habitación y evitar el contacto social de todo tipo sustituyendo en muchos casos, las relaciones sociales en persona por relaciones virtuales y aunque afecta tanto a hombres como a mujeres, puede manifestarse a cualquier edad, existe una tasa de incidencia mucho más marcada en el caso de los varones y en personas jóvenes, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos, tal y como ha declarado la psicóloga Victoria Meléndez, experta en psicología juvenil del hospital Quirónsalud Torrevieja.

Como casi todos los procesos que afectan a los seres humanos el origen suele ser multifactorial. Como explica la psicóloga de Quirónsalud Torrevieja “diversos factores de riesgo se unen para acabar provocando este complejo y moderno síndrome. Pueden influir factores del entorno social o familiar, a veces puede ser demasiada presión/exigencia y enfoque en los estudios, conflictos familiares; propios de la persona timidez; emocionales como ansiedad, depresión; haber sufrido bullying, rechazo social, o un acontecimiento traumático, etc.”.

Síntomas que presenta una persona que sufre el Síndrome de Hikikomori o aislamiento social

La doctora Meléndez destaca los siguientes comportamientos característicos en las personas que sufren el síndrome de aislamiento social:

  • Aislamiento social que les lleva habitualmente a permanecer la mayor parte del tiempo en casa y en su habitación o incluso a encerrarse con llave dentro de ella.

  • Rechazo de acudir a cualquier actividad laboral, académica o social.

  • Baja autoestima y personalidad depresiva.

  • Insomnio y horarios alterados, que les hacen ser más activos durante la noche.

  • Abandono del cuidado personal y de hábitos saludables como hacer ejercicio o comer de forma saludable.

  • Utilizar medios digitales como sustituto de la vida social.

  • Tener dificultad para expresarse verbalmente.

  • Experimentar conductas violentas o desproporcionadas cuando se les cuestiona.

Terapias más adecuadas para el aislamiento social

El abordaje de tratamiento deberá ser multidisciplinar, en estos casos el tratamiento psicológico, las terapias de grupo y talleres de habilidades sociales son muy adecuados. “La base”, explica la especialista, “consistirá en volver a integrar a la persona en la vida social, laboral o académica y al mismo tiempo romper el aislamiento, para ello se requerirá en ocasiones tanto de terapia psicológica, como de apoyo familiar e incluso tratamiento farmacológico parar educir los síntomas asociados sobre todo a la ansiedad social”.

A nivel familiar y de parte del entorno más cercano es dosificar las pantallas y realizar

actividades reales como ir al parque, repartir las tareas del hogar, hacer excursiones al campo, actividades extraescolares, etc.

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