Los colegios Villar Palasí y Fernando de Loaces, anegados tras el temporal: «Es dantesco»

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Los 700 alumnos de estos centros escolares llevan una semana sin clases a consecuencia de la gota fría y estarán, al menos, otra más sin poder volver a las aulas

Los 700 alumnos de los colegios públicos Villar Palasí y Fernando de Loaces de Orihuela, ubicados en el mismo recinto en la zona del Palmeral, llevan una semana sin clases a consecuencia de la gota fría y estarán, al menos, otra más sin poder volver a las aulas.

Las instalaciones han quedado inundadas por la tromba de agua que cayó sobre Orihuela el pasado jueves y viernes, en la que se registraron cerca de 500 litros por metro cuadrado. “Estamos hablando de una auténtica catástrofe, es dantesco”, explica María José Botella, directora del CEIP Fernanzo de Loazes.

El agua subió hasta 1,80 metros y anegó toda la planta baja dejando inservibles mesas, sillas, pizarras eléctricas y todo tipo de material escolar. Tras una semana con el agua en las rodillas, hoy han podido iniciar las tareas de limpieza: “nos hemos encontrado fango, aguas fecales y hasta gasoil porque los dos depósitos que tenemos se abrieron. Huele fatal”, relata.

El mobiliario que ha quedado inservible se amontona en el patio del centro mientras profesores, monitores del comedor escolar, padres y madres de alumnos y voluntarios se afanan en desescombrar y limpiar el lodazal en el que se han convertido aulas, pasillos y baños. “La situación es caótica. Hay más de un palmo de lodo como en tantas y tantas casas de la Vega Baja. Las paredes de azulejos se están cayendo, los armarios y los muebles se han echado a perder. Estamos intentando volver a la normalidad pero nos está costando”, confiesa la directora del centro.

De momento continúan sin electricidad y el agua corriente volvió hace escasas horas pero la idea es que el centro pueda volver a abrir las puertas a sus alumnos a mediados o finales de la próxima semana. “Estamos trabajando a marchas forzadas con turnos de casi 24 horas”, señala al tiempo que indica que no podrán abrir ni lunes ni martes pero sí esperan que la semana que viene se pueda volver a funcionar aunque todavía haya aulas inservibles. “Hay clases que no se van a poder recuperar en una semana pero nos acomodaremos lo mejor que podamos ubicando a los alumnos en otros lugares sin tener que desplazarlos a otros centros”, explica.

También el comedor escolar ha quedado prácticamente inservible. Se han echado a perder las cocinas, los arcones frigoríficos, las mesas calientes y la vajilla.

El pasado lunes el conseller de Educación, Vicent Marzà,  visitó el centro para valorar la situación tras la catástrofe y desde la Conselleria ya se tiene todo listo para mandar nuevo mobiliario y material cuando sea posible. “No podemos traer todo lo nuevo hasta que no esté todo limpio”, señala Botella.

En esta misma situación se encuentran todavía un listado de colegios en toda la Vega Baja. En municipios como Benferri y Dolores no se han podido restablecer las clases y todavía no hay fecha concreta para poder reabrir los centros escolares.

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