Ramón Bascuñana, poeta oriolano: «La poesía es mi forma natural de expresar mis emociones y mi concepto del mundo»

Publicidad

El prestigioso poeta oriolano es candidato, en el apartado de poesía, a los Premios de la Crítica Literaria Valenciana

Por Antonio Zaragoza

Al igual que José Luis Zerón Huguet en el apartado de Ensayo y Crítica, otro famoso, premiado y prolífico poeta oriolano, Ramón Bascuñana, también ha sido elegido por su trabajo «Anotaciones a pie de página» para optar a los Premios de la Crítica Literaria Valenciana, convocados por la Asociación Valenciana  de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE) cuyo fallo se conocerá el próximo 18 de mayo.

Ramón Bascuñana, tiene una larga y exitosa trayectoria literaria que abarca casi 30 obras entre poesía y narrativa, obras que lo han llevado a ganar premios y galardones en toda España. Hemos querido hablar con él, además de para felicitarle por su nominación, para que nos cuente algo más sobre estas «Anotaciones a pie de página», un poemario con el que aspira a generar una relación entre la palabra y el silencio, un ejercicio sobre el espacio en blanco y el texto, poesía metapoética sobre el ser y estar en el poema.

Ramón, para un poeta y escritor tan premiado como tú ¿qué supone esta nominación que abarca toda la Comunidad Valenciana?

«El concepto nominación no me gusta demasiado, parece que implica que va a existir una lucha, un combate, una competición, para lograr algo; y eso se me antoja ajeno a la literatura en general y a la poesía en particular. Da la impresión, desde fuera, de ser una carrera de obstáculos. Por otro lado, que aquello que escribes con esfuerzo y tesón desde la íntima soledad de tus circunstancias personales y que, en algún momento por azar, se publica y llega al lector sea valorado y apreciado no solo por este sino también por los críticos, siempre es agradable, aunque eso conlleva caer en algo tan banal y presuntuoso como es la vanidad del artista».

Aquí optas con un nuevo poemario y, aunque también escribes narrativa, ¿es la poesía el género literario en que mejor te expresas?

«Tengo el alma divida entre narrativa y poesía. Lo cierto es que según lo qué quiera contar y cómo quiera contarlo, elijo uno y otro género. Hay sentimientos e historias que solo se pueden contar de una determinada manera; por lo menos desde mi punto de vista y mi forma de entender la literatura. Lo obvio es que la poesía es mi forma natural de expresar mis emociones y mi concepto del mundo, fluye de forma natural, casi sin esfuerzo. En cambio para escribir un relato tengo que estar muy convencido de que la historia que voy a escribir necesita ser escrita y que aporta una perspectiva original e innovadora. Para escribir lo que ya se ha escrito mil veces no merece la pena ponerse».

Tu nuevo poemario se titula «Anotaciones a pie de página» y ha sido publicado por la prestigiosa editorial «Pretextos», ¿se puede retratar todo lo que te rodea a través de la poesía?

«La poesía lo abarca todo, porque tal y como yo la entiendo; la poesía es una manera determinada de mirar el mundo y de observar la vida y la realidad que nos rodea. En ese sentido sí, nada es ajeno a la poesía, porque nada es ajeno al hombre. Lo importante es poseer una mirada abierta y original que vea lo que la gente común no es capaz de captar y percibir y, además, tener los elementos linguistícos y las herramientas poéticas suficientes, porque la poesía es ante todo el eco de la palabra al chocar contra ella misma, para mostrar en el poema las heridas, las fracturas, las cicatrices y las grietas que ese choque provoca. Escribir poesía es golpearte contra la vida. Erika Martínez tiene un poemario que va en ese sentido y se titula «Chocar con algo»».

En tu carrera literaria has escrito cerca de una treintena de libros de temáticas variadas, ¿de dónde sacas tiempo e imaginación para tanta creatividad?

«Realmente no lo sé. Actualmente escribo poco. Quizá porque siento que casi todo lo que tenía que decir ya lo he dicho; quizá porque la edad y el fallecimiento de mis padres me ha conducido a una especie de callejón, no de las almas perdidas, sino de la desidia. Antes cuando disponía de mucho menos tiempo era capaz de encontrar los resquicios y los tiempos muertos para escribir, porque escribir era un refugio que me salvaba de la realidad. Actualmente dispongo de más tiempo libre, pero escribir no me salva de nada. Es tan solo una opción más. Es una sensación extraña. Lo que antes era una necesidad imperiosa, ahora no lo es. Lo esencial se ha transformado en prescindible».

Una vez dijiste que la poesía es tu forma de ver el mundo, ¿ lo sigues pensando aún con todo lo que nos rodea?

«La poesía es una manera especial de mirar y comprender el mundo como he dicho antes y si careces de esa mirada que va más allá de colocar una palabra detrás de otra y dotarlas de un ritmo es mejor que te olvides de escribir, ya sea poesía o narrativa. El problema es que el ser humano necesita contarse historias, en eso nos distinguimos de los animales y esa necesidad es intrínseca a toda persona, posea o no el talento necesario para contar la historia o escribir el poema. Hay demanda de historias y de poemas y la literatura se ha mercantilizado. Hay un alto porcentaje de planitud intelectual en la mayoría de lo que se publica actualmente. Se escribe literatura como si se aplicase una fórmula matemática. Y lo que se escribe ya no parte de una necesidad interior sino de un exhibicionismo de cara a la galería. Uno ya no sabe si la demanda crea el mercado o el mercado crea la demanda».

A lo largo de tu carrera has ganado infinidad de premios en diversas partes de España, ¿queda alguno que te haga especial ilusión ?

«No. Los premios nunca han sido un fin en sí mismo sino una manera de lograr publicar. Pensando así, da igual ganar un premio u otro, lo esencial es poder publicar. Si se escribe pensando en ganar tal o cual premio estamos perdidos. Siempre he escrito para comprenderme y si lo que he escrito encajaba en algún concurso lo he enviado. Lo de publicar libros ganando premios, lo único que podría asegurar es que el poemario o el relato, tiene un mínimo de dignidad. Y a veces ni siquiera eso. Yo siempre he pensado que muchas veces los premios no los ganan los mejores sino los que concitan mayor consenso y entendimiento. Es difícil poner de acuerdo a cinco jurados cada uno hijo de su padre y de su madre».

¿A los escritores y poetas oriolanos de tu generación les podemos considerar como los mejores herederos del legado de Miguel Hernández?

«Esta es una pregunta tópica que he respondido tantas veces que al final se ha convertido en utópica. No puedo responder por los demás poetas y escritores de Orihuela. Por lo que a mí respecta, no soy un adicto a la poesía de Miguel Hernández, aunque reconozco que algunos de sus sonetos me obsesionaron tanto como muchos de los sonetos de Quevedo. Yo lo denomino pesimismo latente».

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes anotados en tu agenda para los próximos meses?

«Ya he comentado que no estoy escribiendo mucho, o mejor dicho estoy escribiendo pero sin un planteamiento de continuidad y sin ninguna meta. Cuando murió  mi padre hace casi un año comencé un texto sobre el concepto de orfandad, pero apenas he pergeñado 50 páginas, los poemas que esbozo puede que algún día formen un libro, pero de momento son poemas sueltos sin nexo. Tengo algunas ideas para relatos, pero no me decido a escribir ninguno. Eso sí, próximamente aparecerá en la editorial Rencamiento mi poemario La trama de los días con el que obtuve el año pasado el premio de poesía Juana Castro de Villanueva de Córdoba».

Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*