Sigan el rastro del dinero

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Grupo Municipal Socialista de Orihuela

Parece que antes de que el PP y los dos concejales liberales firmaran su acuerdo para presentar una moción de censura, en Orihuela no se hablara de otra cosa más que de la necesidad de privatizar el servicio de recogida de basura. Que eso sea lo más importante que tiene por resolver la ciudad, que el servicio que se presta es deficiente o caro y que por eso es necesario un cambio de gobierno.

Pues bien, cabe recordar que los trabajadores que prestan el servicio de residuos sólidos urbanos firmaron hace bien poco un nuevo convenio colectivo con el Ayuntamiento para los tres próximos años seguir haciéndolo en las actuales condiciones. En ningún momento sus representantes manifestaron otra posibilidad y pusieron de su parte todo lo que pudieron y más para que llegara a buen término un acuerdo que garantiza la viabilidad económica municipal de la prestación del servicio y sus derechos.

Nadie en Orihuela considera que la privatización de este servicio sea ni necesaria ni mucho menos urgente como para llevarla a cabo antes de mayo de 2015. Entonces, ¿por qué tanto empeño en que ese punto forme parte del acuerdo entre ellos? La respuesta es bien sencilla. En realidad, ese punto del acuerdo, el octavo, es el primero. Es su primera y única intención. Sacar a concurso la recogida de basura antes de las próximas elecciones municipales. Todo lo demás, excusas que vienen a rellenar unos cuantos folios en blanco con el estampado de las firmas de los presidentes de ambas formaciones al final.

Conocer que el árbol de Navidad del Ayuntamiento sea uno natural plantado específicamente para eso y que, por consiguiente, no ha sido arrancado de ningún bosque; que el cambio de recorrido de la cabalgata por razones de seguridad o que los mercaderes decidan ellos mismos a través de una consulta en qué zona de la ciudad se ubican hayan sido argumentos útiles y utilizados para justificar una moción de censura debe provocarle a cualquier oriolano de bien una carcajada.

Pero, claro, entonces la siguiente pregunta que deben hacerse es: ¿por qué quieren privatizar la recogida de la basura? Y aquí, solo tienen que seguir, como Bob Woodward en el caso Watergate, el rastro del dinero. En Orihuela, la gestión privada de la basura siempre ha estado vinculada al pago de comisiones, favores y campañas electorales. No es que lo digamos un grupo municipal, es que por todas esas cosas está investigando el juzgado a varios concejales, actuales y pasados, del PP. Sus tres últimos alcaldes han estado en la cárcel, han sido condenados o están imputados. Y la que quiere ser la cuarta, está siendo investigada por las facturas de Fitur entre 2008 y 2011.

Frente a todo esto, Orihuela ha disfrutado por primera vez en tres décadas de un gobierno honrado impulsado por el grupo socialista y el alcalde y los concejales han dejado de ser noticia por sobresaltos policiales y judiciales. O sea, que por primera vez en 30 años Orihuela ha tenido un gobierno justo, honesto y honorable, decente, digno, íntegro, austero e incorruptible. Y eso no nos lo puede ni podrá quitar nadie.

Por cierto, debería el PP zaplanista de Orihuela y los dos concejales que han pactado con ellos esta ignominiosa moción de censura preguntarle, por ejemplo, al zaplanista alcalde de Altea, y vicesecretario de política territorial de la derecha en la Comunidad Valenciana, sentado en la presentación del pacto de la basura, cómo va el servicio de recogida de en su pueblo y la limpieza viaria, de playas, edificios públicos y centros escolares tras rescatarlo y hacerle una encomienda de gestión a una empresa municipal. Desde que lo hizo entre 2012 y este mismo año, le ha reportado un ahorro de casi un millón de euros anuales porque al tratarse de una empresa pública quien realiza los servicios, no paga IVA (21%) ni beneficio industrial (que puede llegar a ser del 20% si se añaden los gastos generales que cobra un contratatista). Es decir, casi un tercio menos de lo que pagaba cuando era privado.

El PP y los dos ediles liberales hicieron público un acuerdo que más tarde o temprano habríamos conocido y, claro, tratar de ocultarlo incluyendo como incluye la privatización de la basura habría sido un escándalo todavía de mayor enjundia. Es lo que tiene ser liberal, que se puede decir una cosa o la contraria. Y si hace falta, incluso el mismo día.

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