Damián Hernández, afectado por la DANA: «Teníamos muchos proyectos, ahora solo tenemos un plan inmediato: empezar de cero»

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Damián Hernández muestra el estado en el que ha quedado su espacio de trabajo

Este vecino de Molins ha visto como perdía su casa y su proyecto de trabajo ‘Extravagarte: «Ha sido un choque excesivamente duro con la realidad»

Damián Hernández Sarmiento, es el nombre y apellidos de una de las personas azotadas gravemente por la DANA, la riada más fuerte del siglo, la que se ha llevado por delante su hogar y su espacio de trabajo.

Damián tiene su casa en Molins, una de las pedanías más afectadas por el temporal. Han sido muchos los días en los que esta zona ha permanecido inundada, el afectado nos confiesa que “ha sido un choque excesivamente duro con la realidad”, se han vivido distintos episodios de inundaciones, pero nunca como este, en cuanto a cantidad de agua y daños sufridos.

Damián describe su dura situación, pero al tiempo saca palabras para apelar a la toma de conciencia, mostrando su tristeza ante los daños causados precisamente por vivir en un lugar tan privilegiado como es nuestra huerta, pero tan vulnerable por su situación.

En este lugar, este vecino, levantó un espacio de trabajo, un espacio donde los niños pudieran aprender en la naturaleza, valores, música, cocina, terapias y todas las posibilidades que les brindaba Extravagarte, un negocio hecho con cariño por profesionales de la educación. Algo que de momento no puede continuar, algo que de momento “huele a pantano y es insalubre” confiesa, teniendo en cuenta que solo desde hace unos días se puede entrar porque el agua ha estado estancada en este término más tiempo del esperado.

Entre las cosas que se han perdido en esta tragedia, Damián hace recuento y se echa las manos a la cabeza, por esa biblioteca de libros donados que empezaba a tomar forma, por la cantidad de juguetes que alegraban los días de sus usuarios… pero no ha habido dolor más grande, se refleja en su rostro, que al nombrar a sus animales, sus burros, sus conejos, una serie de seres vivos que siempre habían sobrevivido a los temporales, pero esta vez no, “esta vez nadie imaginaba que no podría volver a su casa, que el agua cubriría más de un metro de altura de los lugares altos, ahora siento una gran desolación”.

Las caras de resignación y aceptación, el trabajo en equipo, ver como esto es un verdadero desastre pero la gente llora en silencio para no contagiar al prójimo, son parte de las cosas que más fuerza le han dado en estos terribles momentos, asegura que “la esperanza tiene que permanecer porque este lugar nos lo ha dado todo, y por esta vez nos lo ha quitado, ahora hay que seguir, por supuesto con un antes y un después”.

Damián afirma que estaban en un buen momento profesional “teníamos muchos proyectos, íbamos a dar un giro con iniciativas de cooperación, aquí se gestaba todo, centrábamos toda la fuerza para llevársela a los niños” añade que “ahora solo tenemos un plan inmediato, empezar de cero”.

Damián señala la altura a la que llegó el agua durante las inundaciones

“Ahora hay que pasar página”, se dice estos días entre los afectados, pero hay que valorar las secuelas, Damián afirma que a nivel físico aun tiene morados, dolores de quitar barro y arañazos de sus animales por querer salvar la vida, pero a día de hoy le pesan más las secuelas psíquicas y priman muchas necesidades “esta zona está igual de mal que hace un par de semanas, nadie ha encontrado soluciones a sus problemas, nadie ha recibido una ayuda pública, es impresionante como una vez que se pasa el temporal y se deja de hablar de esto en los medios de comunicación, los afectados están cada vez peor, la resaca es muy intensa, es difícil recuperar el sueño, poder conciliarlo sin ver los ojos de esos animales que eran arrastrados por el agua o la lancha de la UME como único transporte para llegar a casa, es doloroso y te sientes impotente”.

Es casi imposible sacar de esta situación algo positivo, pero Damián, a quien se le ve el corazón de lejos, asegura que “la camaradería de los lugareños, las personas que se han volcado para echar una mano sin pedir nada a cambio, incluso sin conocerte, las familias de los niños que eran usuarios de Extravagarte llegando a limpiar este lugar como si fuera suyo, eso es lo positivo, un espíritu de cooperación que te estremece, recibir el cariño de mucha gente de muchas partes del mundo, eso es lo ÚNICO positivo, la gente que ha reaccionado y te ha tendido una mano”.

Extravagarte empieza a reconstruirse, volverá a florecer, ahora hay que tomar aire, y seguir mirando al futuro.”Ahora todo empieza de nuevo” ha señalado Damián con una voz entrecortada, pero cogiendo fuerzas para volver a levantar un lugar único y especial para todo aquel que tuvo el placer de pisarlo sin barro, ahora toca reconstruir su forma de vida y su hogar.

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